Por: Narces Alcocer Ayuso
En ocasiones no puedo evitar pensar que tienen razón quienes afirman que los políticos ajenos al PRI no hacen más que administrar el gobierno y no gobernar realmente; bien decía el desaparecido Víctor Cervera que el poder no se ostentaba sino se ejercía y eso es porque el sistema creado por el tricolor fue diseñado justo para sí mismo, no para otros, siendo parte del surrealismo mexicano y confirmando que como México no hay dos: el país de las “mordidas”, el tráfico de influencias, la oligarquía más que plutócrata aristócrata que controla al pueblo desgraciado que en ocasiones parece merecerse su destino.
No sé cuántas veces nos hemos preguntado sobre el tiempo que seguirá la sociedad mexicana con su constante paradoja social; creo que somos el país donde más refranes y proverbios se aplican, donde el ingenio popular forja a través de expresiones festivas como cartones, rimas y chistes un medio para canalizar la frustración que nos acarrea el ser mexicanos pero que por cuestiones estúpidamente pundonorosas no aceptamos para corregir, asumiendo en cambio actitudes de invisibilización o desinterés que nos desligan de la realidad para concentrarnos en lo que una oligarquía nos presente a conveniencia.
Podemos, en parte, achacarle a esa aristocracia la responsabilidad, pero no es tan sencillo; se debe entender el problema desde todos sus puntos y sólo así buscar soluciones antes de fincar responsabilidades. Eso no implica, por supuesto, que actuemos ignorando las faltas ajenas, pero debemos establecer prioridades, y para establecer prioridades debemos contar con un plan, al menos emergente, que nos lleve a actuar metódicamente y sortear los obstáculos que podamos encontrarnos; todo independientemente si se trata de drásticos movimientos como las revoluciones.
Aparentemente no suena difícil, mas cuando las condiciones del terrenos están diseñadas para frenar un avance cual campo minado ¿qué estrategia llevar? es arriesgado moverse, eso que ni que, no obstante en nuestra situación la localización de las minas están a la vista ¿favorece en algo? definitivamente, podríamos andar evitando los explosivos y de alguna manera llevar un paso pre-condicionado y constante, cualquiera que no lo lleve ¡boom!
Pero resulta que lo llevamos cuadrados y llegamos al final del campo minado, allá nos encontramos un río grande y sabemos que al salvarlo estaremos salvos del otro lado. Lo interesante del asunto es que el campo minado que estábamos sorteando era de nuestra propiedad, y no podíamos cultivar, construir ni expandirnos a libertad. A la par, nuestros vecinos sólo veían cómo vivíamos de tan patética forma, toda vez que teníamos conocimiento de los lugares exactos de los explosivos y otros datos suficientes para resolver el asunto, en fin, viva México…
(Hace unos años escribí un ensayo sobre las instituciones, apoyé la viabilidad de las mismas y establecí un credo; sencillamente no me percaté que sólo marqué un estilo para llevar rumbo por un terreno lleno de explosivos, diciendo en resumidas cuentas que “creo en las minas, conozco su explosividad y capacidad destructiva –funcionan- y por tanto me marco un paso óptimo”.)
En México, como establecí en la alegoría, conocemos bien dónde están las minas, no las vemos pues están dentro del campo, encarnadas en el país; pero alguien se tomó la molestia de marcar los senderos por los cuales se puede circular con seguridad: es ley que haya minas y haya brechas, es ley andar por éstas, las minas son las instituciones y nosotros nos movemos con precaución; como suele pasar con las minas, no todas estallan, y algún osado impertinente accede al sitio sólo para identificar el explosivo inoperante y en lugar de aprovechar ese sitio seguro, se sustituye la mina por otra funcional (otra institución); ¿qué hacer? por sentido común mantenernos al margen de las minas institucionales (optando por la corrupción, mordidas, recomendaciones y demás faltas) ¿por qué? porque sólo así funcionan las circunstancias, o al menos así desean que funcionen…
Alguien quiere que así funcionen, nosotros no queremos pero tememos movernos con tanta libertad hipotética ¿nos autodestruiremos? sería una posibilidad. Aunque todo nos sugiere dónde están las minas, en realidad no las vemos. Sin embargo, aquellos quienes se encargan de los explosivos los vemos ocasionalmente pasar sobre los sitios minados aparentes (pasan sobre las instituciones), pero como fuera de ellos nadie de nosotros ha intentado temerariamente verificar la viabilidad del lugar pues no podemos más que observar. Nótese la diferencia que cuando se hace es cuando se establece una mina útil, pero mientras tanto no.
Pero ¿quiénes son estos individuos encargados de las minas? para mantener tan llevadera su situación, son simplemente los mismos que mantienen ese campo minado, quienes determinaron este sistema, dónde poner una mina (funcional o no), dónde caminar, “identificar” los puntos débiles para reforzarlos (!!!) o bien caminar de forma egoísta sobre ellos mientras los demás se mueven al margen. Y resulta que estos individuos son ahora “designados” por nosotros para tal función, de tal manera que al percatarnos de esta problemática, resolvemos en sustituirlos por otros, mas éstos nóveles anti-minas no tienen más remedio que recurrir a sus antecesores para conocer la situación. Por conveniencia, esos antecesores no soltarán toda la información como parte de su táctica y a los nuevos no les queda más que someterse parcialmente a la disposición de los otros.
Es el Partido Revolucionario Institucional señores, la aparente idiosincrasia mexicana es nada más que un pensamiento retrógrado, condicionado, parcial que dicta una serie de actitudes y prácticas en todos los mexicanos. El México actual fue hecho para el PRI y no el PRI para el México. Han establecido un sistema que sólo ellos pueden controlar. En otras sociedades existen leyes generales, exactas y precisas, en cambio en nuestro país las leyes son extensas, desglosadas, acotadas, se promulgan, modifican, derogan; en otros grupos mientras más se abarque menos se aprieta, y si se intenta apretar es más lo que se irá de las manos que lo que permanezca, es cuestión de sentido común.
Directa o indirectamente por eso el capital está en manos de extranjeros, pues sólo así pudieran librarse parcialmente del sistema, con la protección de sus países; o bien los mexicanos que aún poseen no son precisamente mexicanos, ahí están los judíos, el grupo Saba por ejemplo, o mejor aún: Televisa, aquel emporio de las telecomunicaciones está movido por un poderoso grupo judío donde la familia Azcárraga ya no es lo que era; podemos mirar a sus presentadores, desde Zabludovsky, Kourchenko, Gurvitz o Micha, a sus actores y demás personajes de la farándula. A los pocos meses de casarse con Alejandra de la Cima, Emilio Azcárraga Jean se divorcia sólo para casarse en breve con una jovencita judía –Sharon Fastlich- con quien ya tiene dos hijos; lo curioso de esto es que para los judíos contemporáneos, dentro de la excesiva importancia que tiene la herencia biológica y cultural, el hecho de ser judío se transmite de madre a hijos, no del padre, de tal manera que los hijos e hijas Azcárraga-Fastlich son judíos, herederos del Grupo Televisa cuyo control ya estaba demasiado acotado por iguales.
Desde mi muy personal impresión y considerando la creencia cristiana que poseo, si de por sí el fanatismo religioso, la idolatría, el catolicismo material que ha pregonado Televisa en toda su existencia han dañado ese aspecto de nuestra sociedad mexicana y todo aquello que se vea influido por este componente sociológico, no puedo o no quiero imaginarme exactamente qué sucedería con un control total por parte de tal o cual sector ¿perpetuarían la idolatría tan marcada como ahora?
Y no es cuestión de intolerancia religiosa, racismo ni otro tipo de discriminación, sino qué tanto se prolongará el uso de los medios para favorecer al PRI, en especial cuando Televisa le está apostando todo al pelele de Peña Nieto. Porque hay que reconocer que si bien los judíos tienen muy marcado su paso material es también verdad que procuran no mezclar cuestiones culturales y religiosas con las económicas, dinero es dinero, cierto, aunque de acuerdo a su pensamiento, por ser el pueblo “elegido”, no tienen porqué interesarse en los demás. Sé que es un poco confuso y no sé si comprenda el punto, por un lado ese grupo de judíos han mantenido una influencia marcada en Televisa –arma política- entre cuyas estrategias pacíficamente represivas está el aspecto religioso (católico concretamente), de no ser por esta empresa y su fervor desbordado por la advocación mariana de Guadalupe, no estaría tan difundido este culto (ver la publicación “Televisa: del Tepeyac al Estadio Azteca”) con sus consecuencias sociales, por ejemplo al ser netamente mexicana la Guadalupana al estilo priísta, si una idolatría desbordada genera dinero y a los judíos no les interesa imponer su religión y sí les interesa continuar con la generación de billetes, al ser esa veneración y todo el fanatismo religioso productora de dinero ¿por qué cambiarlo? tómese como un ejemplo…
¿Pero qué tiene que ver directamente con el PRI esto? vamos por partes:
Cuando Madero fue asesinado y su asesino desterrado, Carranza asumió el poder pero en vez de refrendar las causas populares terminó favoreciendo a los ricos devolviéndoles lo perdido en la disputa; no satisfecho con ello ordenó perseguir y matar a los antiguos aliados de Madero, siendo su brazo ejecutor el nuevo ejército al que alguna vez se unieron jóvenes como Obregón, Calles y Cárdenas por razones que en su momento los motivaron.
Una vez muerto Carranza, los generales de aquel ejército ahora opresor asumieron el poder. El único logro de don Venustiano fue la Constitución de 1917 que ha sido violentada tantas veces.
Cuando llegó al poder, Plutarco Elías Calles fundó el lastre de nuestro país: el partido que nos gobernó por 70 años. Es de saber que Calles se caracterizaba por su afición al esoterismo y eran conocidas sus tertulias espiritistas con varios generales del ejército y uno que otro civil entre los que se contaban Miguel Alemán Valdez y algunos líderes gremiales.
Vista siempre como una subversión al Estado Revolucionario, la Iglesia fue severamente perseguida en la era Callista, esto fue la Guerra Cristera. En Yucatán, la Iglesia padeció una opresión en menor escala en manos de Salvador Alvarado; ¿quién contradecir las creencias metafísicas del Jefe Máximo?
A todo esto, Calles siempre se jactaba de tener ascendencia libanesa; cierto o no, simpatizaba en demasía con los inmigrante de Medio Oriente (un amigo suyo era el yucateco Neguib Simón); este grupo étnico nunca llevó ni ha llevado buen trato con la antigua hacienda europea y el favor de Carranza hacia ella generó conflictos. Era necesario ser incondicional de Calles para que éste lo fuera con ellos.
Así, ese conglomerado de fanáticos de las ciencias ocultas y los inmigrantes sirio-libaneses mantuvieron un control moderado del país. Se prolongaría durante el Maximato, entonces sí se fundaba el PRI, se oprimía al la auténtica Iglesia Católica y en su lugar se erigía una asociación religiosa mexicana controlada desde el centro del país por jerarcas apócrifos que siguieron sirviendo al régimen por muchos años a la par que la iglesia realmente popular se movía discreta y parcialmente cuadrada al Vaticano que más preocupación guardaba por la tensa Europa.
Cuando Cárdenas asume el poder llevó a cabo distintas políticas sociales aunque parciales. El tata Lázaro no tuvo tanta imagen en su propio grupo; con él se apertura el recibimiento de inmigrantes europeos, principalmente españoles que huían de la Guerra Civil, habiendo entre ellos judíos que escapaban de la intolerante falange. Cuando Ávila Camacho obtuvo la “grande” instó a Calles a regresar al país, cosa que hizo. Con la Segunda Guerra Mundial, se reciben a cientos de judíos que sortearon el exterminio nazi y poco a poco consolidan un poder político y económico considerable. Para el siguiente sexenio llega al poder el primer presidente civil posrevolucionario: el mencionado Alemán Valdez.
Con él, el inmoral “ejército revolucionario”, los fanáticos espiritistas y los inmigrantes semitas (sirio-libaneses y judíos) conforman la oligarquía que habiendo echado raíces en el poder, fundado el PRI, consagra a su primer monarca.
Desde el poder, fue artífice de una consolidación del horrendo sistema y la falsa imagen popular con la que engañaba a los mexicanos, una imagen basada en instituciones aparentemente sociales, tomadas de intelectuales como Vasconcelos o García Téllez pero estratégicamente elegidas para poder controlar a las masas, omitiendo tantas más con las que no se pudiera lucrar política ni económicamente.
El monumento a esa mentada de madre para con el pueblo es el emporio de comunicaciones Televisa, cuyos fundadores iniciales fueron Emilio Azcárraga Vidaurreta y precisamente Miguel Alemán Valdez. Hasta el día de hoy, tanto los Alemán como los Azcárraga son parte del Consejo de Administración de la televisora, mas ¿quiénes son los extraños acá? ¿quiénes son los ajenos a ese grupo discreto que sentó las bases de la decadencia mexicana? los Azcárraga. Poco a poco otros grupos fueron haciéndose de participación en la empresa y el día de hoy una sustancial parte la controla la familia Slim-Domit (libanesa); finalmente los Azcárraga han sucumbido al control judío por medio de la consanguineidad como ya hemos relatado. Otra accionista importante de la televisora es María Aramburuzabala, la mujer más rica de México y la cual aparentemente está desligada de toda esa conspiración; Estados Unidos está consciente de ello y durante el mandato de George W. Bush (conocido por su conservadurismo aparentemente cristiano), su embajador en México –Tony Garza- contrajo nupcias con Aramburuzabala ¿movimiento para infiltrarse en la empresa? ¿por qué ya con Barack Obama en la presidencia gringa se deshizo ese matrimonio? fantasioso o no, la Unión Americana siempre ha manejado con precaución todo asunto relacionado a Televisa, incluyendo el bloqueo para que adquiera la principal cadena de TV en español, Univisión.
Después de veinte años construyendo una farsa social, vinieron los conflicto sociales, las crisis económicas y una abrupta sucesión que descontinuó al PRI en el poder; eso interrumpió el finiquito de aquel “proyecto secreto” pero gracias a Televisa mejoró la supervivencia priísta tras el 2000, los derrotados huyeron y los últimos vencedores priístas retomaron la riendas de un partido que emergió desde sus más negras cenizas de porquería: Salinas de Gortari, Gamboa Patrón, Emilio Chuayfett, los políticos más criminales que han desfilado por las filas del partido, asesinos y ladrones, los que más descarados mostraron las farsas que fueron las instituciones revolucionarias y la Revolución misma que se esfumó con la muerte de Madero. Al mismo Fox se le advirtió de la necesidad de acabar con ese mito…
Sólo con esas fichitas se podría recuperar el poder. Todo se va orquestado para que el títere de esa oligarquía, del grupo PRI-Televisa, Enrique Peña Nieto, llegue al poder en 2012 y se consolide de una vez por todas el país de los Esclavos Unidos Mexicanos.
La obviedad se derrama por todos lados, el viejo estilo priísta resurge; con el descaro que se lleva en las campañas, desde ahora se nota la horrible delincuencia electorera. Conforme más cercano esté cualquier comicio a los del 2012 más sanguinarios serán. En los últimos quedaron “tablas” pero sabe el PRI que no puede darse el lujo del perder un sexenio más ya que las pocas instituciones creadas por el panismo comenzarían a tomar fuerza y podrían enfrascarse en una lucha que perjudicaría el regreso priísta, aunque no su final ya que las políticas panistas a la larga terminan absorbidas por el sistema tricolor.
El propio PAN se ha dado cuenta que no puede permitirle al PRI su regreso y ha recurrido a alianzas con la izquierda para tal propósito. Muchos tachan a esto como aberración pero yo considero que acabar con el PRI es un bien común para todos los mexicanos, muy sobre toda ideología. Tan sólo obsérvese cómo el Revolucionario Institucional, con la capacidad que tiene en estos momentos de llevar a cabo reformas emergentes, simplemente no las hace, no le importa el bienestar paliativo que puedan traer en estos tiempos difíciles, en lugar de ello espera usar los traspiés ajenos como arma política y de resultarle benéfico, entonces ya en el poder llevar a cabo esas reformas emergentes, aunque ya de nuevo con ellos al timón nos llevaría al inicio del fin y nos fosilizaríamos en la falacia mexicana.
¿Aún se duda? es verdad que el PRI fue sacado de los Pinos pero no del gobierno pues es parte del Sistema, gobierna la mayoría de los Estados, y todas las administraciones de otros partidos –incluida la federal- han tenido que recurrir a priístas para estar al frente de oficinas estratégicas pues es su sistema y sólo ellos saben manejar ciertos aspectos, de hecho algunos políticos que resultaron vencedores al ser postulados por partidos ajenos al PRI, principalmente de la izquierda, tuvieron sus orígenes en el tricolor, curtidos en el viejo sistema, ahí tenemos a Cárdenas, López Obrador, Gabino Cue ¿son mesías entonces? en lo absoluto, corresponde a nosotros no dejarnos llevar por su seducción.
Con todo esto no es descabellada la idea de que ningún partido gobierna y sólo administra lo que el PRI posee: el sistema, la estructura, el poder. Hay que destruir ese sistema, no cambiarlo, las reformas no son suficientes. Yo mismo me mostraba horrorizado por las amenazas de un “estallido social” pero creo que es la única salida para acabar con el México surrealista, con el México del PRI. La Revolución Mexicana se esfumó y el teatro posterior fue una farsa circense de los priístas.
Desde que aplastaron a Zapata, el sector popular y campesino no ha tenido voz, los obreros por su parte ha estado oprimidos por una mafia sindical que es un grueso del aparato tricolor, no hay que olvidar que los máximos dirigentes gremiales que fundaron el sindicalismo actual son parte de esa cofradía espiritista que rige al país, una mafia distribuida en súper federaciones como la CTM (fundada por otro esotérico empedernido: Fidel Velázquez); actualmente todo el sector popular, obrero y campesino se encuentra reprimido por las mismas mafias, comandadas por gente de los peores antecedentes políticos y familiares; si sólo en Yucatán observamos puerquesas en las agrupaciones magisteriales, de salud, de taxistas, entre otros y cuyos líderes descaradamente dirigen las instituciones estatales que a su vez son representadas por una mediocre snob que regodeándose en su “cuento de hadas”, viviendo una situación equiparable a la de López Portillo durante su sexenio, se concentra en prácticas dirigidas a la pura imagen; mejor no nos imaginamos en entidades más ricas y pobladas gobernadas también por el PRI o lo que ha sido y podría ser de nuevo un Ejecutivo Nacional del tricolor.
Se alegará que todos son iguales, todos son corruptos, pero es el Sistema que está diseñado para no funcionar, para movernos a margen de la Ley y caer en la corrupción, no porque seamos corruptos sino porque es casi nula la oportunidad de hacerlo distinto; muchos se enfocan en la cuestión educativa, pero va más allá, mira hacia cuestiones existenciales, debemos reiniciar todo el equipo, no hay de otra…
Pero el “estallido social” usado como amenaza por ciertos medios ladradores como el periódico yucateco Por Esto! no son viables, y eso es porque lo fincan en pseudolíderes, forjados en el PRI, diseñados para el Sistema y no contra el Sistema. El auténtico estallido social corresponde a la clase media, preparada, capaz de ser líderes al grueso popular. Para todos ellos están Televisa y todo el circo materialista para controlarlos y las instituciones en complicidad con los sindicatos (las minas) para reprimirlos, ¿qué nos queda? aún persisten esos pequeños grupos prerrevolucionarios que han sobrevivido y van ganando adeptos.
Queda el viejo ejército: cuando Madero encabezó la lucha por la democracia recibió apoyo de numerosos líderes provincianos con quienes acordó soluciones a problemas sociales. Sin embargo, una vez en el poder, aquél no aplicaba los acuerdos con la premura exigida y sus aliados comenzaron a protestar, aunque no por ello a sublevarse como tal; quedará la incógnita si Madero hubiese cumplido e incluso si no hubiera tenido la tentación de caer contra lo que luchó (la reelección). Lo mataron por un militar de la época de don Porfirio y con ello toda la milicia de similar condición fue relegada y diezmada en poder e influencia dentro de las riendas mexicanas, aquella milicia católica de increíble posición desde Las Tres Garantías que junto con la Iglesia sobrevivió a otras épocas convulsas pero relegada a papeles secundarios. El caso es que posterior a la Revolución, en su lugar emergió un grupo de militares que no eran justamente de carrera y que provenían de los antiguos ejércitos revolucionarios conformados por jóvenes simpatizantes a la causa (vayan a saber si eran auténticos compromisos o simple rebeldía ociosa). Los pocos oficiales del ejército que sobrevivieron a ese relevo se mantuvieron con un bajo perfil pero tratando de ganar adeptos desde el anonimato; la modestia los salvó de otro embate revolucionario. La iglesia, por el contrario, imposibilitada al anonimato, recibió otro oprobio por tantas décadas mientras en las jerarquías se pavoneaban pseudo-religiosos lacayos del PRI.
Las decimonónicas instituciones religiosa y militar tuvieron que recurrir al medidas diversas para sobrevivir y en alguna de ellas mantuvieron un pacto. No se separaron sino que siguieron perteneciendo oficialmente a las gigantescas instituciones posrevolucionarias: la Iglesia vendida al poder y el Ejército opresor.
Enfocándome en esa célula que sobrevive del ejército, no soy amigo de la ilegalidad pero hablando de aspectos legales ficticios como gran parte de nuestro sistema fincado por el PRI, no es del todo despreciable un auténtico Golpe de Estado. Destruir al PRI, acabar con él y todo aquello que represente al enquistado régimen que no ha sumido en la pobreza sino en la miseria económica y cultural al pueblo de México. Nuestro país es de los pocos en América Latina que no ha padecido golpes ni dictaduras militares, y eso es porque los altos mandos fueron relevados por príístas, militares, comprados con una exagerada cantidad de recursos, inmunidad e impunidad.
Todavía persiste una célula de antaño en la milicia, los generales de tantas estrellas ajenas al rango castrense. Discretamente iniciados en la capellanía del Campo Marte, son ajenos a los mandos que dirigen mayoritariamente las tropas que circulan en el país. Acusan una mayor disciplina y principios pero continúan segregados ya que con el obstinado uso de la milicia para ofensivas contra el narcotráfico y el crimen organizado, no hay lugar para una pausa y cambio de mando ¿por qué creen que ha arreciado la violencia? para mantener al Ejército ocupado y evitar reformas que pudieran amenazar al Sistema priísta.
Claro que hay una cortina de humo, se supone que la violencia es pareja, pero noten el diabólico estilo salinista, ese que mueve a Peña Nieto y Emilio Gamboa, el verdadero regente de Yucatán detrás de Ivonne Ortega; la conocida táctica de Salinas de matar a políticos tanto de su partido como de otros ha resurgido, mas los priístas suelen usar a sus caídos como mártires, por ejemplo el malogrado político de Tamaulipas asesinado (entre los tricolores simplemente le toca a los más pendej… como dicen en el ambiente político).
En cuanto a la Iglesia, continúa sirviendo a la población, es la iglesia que se une a las causas populares, que apoyó al EZLN pero la difamación y menosprecio de los medios controlados ha desestimado el movimiento y lo recluyeron a la zona. Está verdaderamente preocupada por el pueblo y ha sido censurada por mucho tiempo; ha logrado sobrevivir y mantiene regular presencia; todavía hay jerarcas emanados de ella que no escatiman en reprocharle a Calderón su papel de administrador y no de gobernador, esa iglesia popular, desestimada por el PRI e ignorada por el PAN.
Hablando de la iglesia “oficial”, los mismos obispos priístas tuvieron que cuadrarse con el nuevo partido que no dejó lugar a sospechas por la identificación que lleva el PAN con la religión, mas lo cierto es que hasta esos religiosos son parte del sistema conformado por el tricolor que debería destruirse. Líderes religiosos que mantienen sumisión a grupos poderoso dentro del país y fuera de él, por ejemplo al grupo conspirador tan mencionado y su nostálgico terruño en Oriente medio desde donde fue enviado el archimandrita Antonio Chedraoui como “sumo sacerdote” y guía espiritual de la oligarquía y cuya efigie es sumamente venerada por los priístas y los propios obispos “católicos”
En más de una ocasión ha sido denunciada esta situación, el complot libanés-PRI, la mafia constituida pero que sólo representa una célula de la élite intocable y delincuente que engloba a todos los que hemos mencionado en el escrito. En su tiempo, y ya consciente del problema, Juan Pablo II intentó contrarrestar esa influencia antioquena con religiosos maronitas identificados con Roma pero que no es mucho lo que han podido hacer y que pocos adeptos han conseguido en realidad, pero al menos la Iglesia Católica idólatra, rendida al poder de la oligarquía, poco a poco está siendo desenmascarada.
A pesar de todo, de las voces que descubren esta conspiración, como buen actor, el PRI enseguida los acusan de incurrir a la “guerra sucia”, término de moda entre dirigentes simbólicos y periodistas parciales pero que en más de una vez hemos comentado su origen y su verdadero significado en el contexto político (ver la “Verdadera Guerra sucia”).
Acusan también a los “blancos”, a los que viven cómodamente, entonces el tricolor saca el cobre, ahora se jacta de curtido y nixtamalero, de huaraches con tierra, de ser nacos, besucones de niños y abuelitas (¿¿¿o no???), de confidentes y caritativos… pero es falso, es parte de su estrategia; veo extraño que señalen la influencia “fufurufa”, eso sí es discriminación y la mayoría de los afiliados priístas que se mueven al son que les toquen por su falta de juicio lo esgrimen sin medida, aduciendo el oprobio de esa “casta divina”, explotadora y esclavista, que quiere vender al país, ¡por favor! la supervivencia de los hacendados favorecidos por Carranza -aquella “raza suprema” de ascendencia europea- es ridícula pues con las políticas paternalistas del PRI el campo se vino para abajo, no sólo a campesinos involucrados con la Reforma Agraria y la institución de los ejidos sino también a los antiguos hacendados que fincaban su riqueza precisamente en la producción agropecuaria.
Son mitos y mentiras forjadas por el Sistema, engaños sucios destinados a contrastar la potencial soltura que guardan ciertos grupos que son una amenaza para el PRI. Lo digo, lo repito y vuelvo a repetir: el Partido Revolucionario Institucional debe ser exterminado, aniquilado, él todas las instituciones que emanaron de sí; nunca se le podrá acabar con un sistema diseñado por ellos y para ellos, ni por la vía democrática, ni con el presidencialismo, ni con nada; vaya, es necesario acabar hasta con todo aquello que aunque nació como contrario siempre está basado en la función del sistema príista, como muchas porciones de otros partidos ajenos, incluidos el PRD y el PAN.
Sedición o no, aquí estoy y ahí están los demás, sólo falta unirnos y luchar, las puras palabras se las lleva el viento. Una revolución no tiene que ser violenta, pero si este aparato fue construido por la fuerza entonces sólo por la fuerza podrá salir, y con fuerza de por medio seguramente se derramará sangre. N.R.A.A. Mérida, Yucatán a 10 de noviembre de 2010.