19 nov 2009

Tambores de guerra

Por: Narces Alcocer Ayuso


A poco más de un mes de terminar el año, los aspirantes a las candidaturas para la alcaldía de Mérida se concentran más en su lucha por el nombramiento, unos más discretos que otros. Desde la segunda gestión de la C.P. Ana Payán, la simpatía por los candidatos emanados de Acción Nacional en la capital del Estado ha ido en decremento, por un lado debido a la división interna que en parte encabezó la contadora dentro de su partido y que terminó fracturándolo, y por otro los fracasos en su lucha por acabar con mafias tradicionalmente priístas y encarnadas en asuntos tan delicados como los mercados y el transporte público. Aunado a ello, su sucesor -Ing. Manuel Fuentes- representó para muchos el mayor fiasco blanquiazul en el municipio y el también ingeniero César Bojórquez apenas contuvo al partido en la presidencia municipal al sucederlo, otorgando esperanzas a los tricolores de un triunfo en el 2010, motivados también por las elecciones federales ganadas recientemente.

A diferencia de otras Entidades y municipios, Yucatán todavía mantiene su propio mecanismo político, muy particular y sin tanta injerencia de Anáhuac. Nuestra sosa gobernadora, en su carencia de cualquier autoridad salvo la que de nombre ganó en las urnas, es movida por los hilos de un nefasto grupo neoliberal desde el centro del país que se adelanta voraz y veloz a las elecciones federales de 2012; sin embargo este criminal grupo no guarda tanto interés en uno de los Estados más pobres del país como lo es el nuestro más que para tener los recursos listos cuando se ofrezca, en especial buscando votos para aquel año (por algo el próximo presupuesto le abre la puerta a los Ejecutivos estatales sin necesidad de rendir cuentas). Por esa razón no se ha reflejado tanto este control hacia la Sra. Ortega en el ambiente político local, ya que además designó la tarea a un grupo seccionado del “cerverismo” (la de dirigentes gremiales y estudiantiles) que, retomando las más viles artimañas paleo-políticas, plagadas de influyentismo, impunidad y falta de transparencia, colocó al paternalismo –que no acabó de morir el sexenio anterior- como la doctrina base de esta gestión estatal, y con sus inevitables contrapesos se mantuvo así la identidad personal de la política yucateca.

Distintos “dinosaurios” del PRI ha alzado sus voces en contra de esa tendencia pero su falta de autoridad moral desvanece sus argumentos y no tienen más remedio que adherirse a la causa o salir por completo del escenario político, haciendo del partido un equipo aparentemente unido e imbatible. Ante tales circunstancias, son varias las personalidades que se pasean por los lugares que garanticen la proyección pública, siendo cuatro los políticos con mayor fuerza: Angélica Araujo Lara y Rolando Zapata Bello, diputados federales por los distritos III y IV de la Entidad respectivamente, Nerio Torres Arcila, director del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Yucatán, y Mauricio Sahuí Rivero, dirigente estatal del Revolucionario Institucional.

Cada uno por su parte ha iniciado directa o indirectamente su pre-campaña, siendo Torres el menos favorecido ya que en un principio fue colocado en el buró encargado de las zonas metropolitanas de Yucatán (que obviamente es sólo una y corresponde a la de Mérida) pero las constantes desavenencias con el Ayuntamiento que frenaron la aplicación de sus planes a través de aquella oficina con la consiguiente falta de proyección le hicieron migrar a un área de mayor aplicación social que para su mala fortuna en los últimos días se ha visto hundida en escándalos al descubrirse como la “caja chica del gobierno” sin oportunidad de negarse o enmendarle.

Sahuí ha causado polémica desde su promoción como dirigente estatal; gran parte de los priístas no deseaban ser “comandados” por un imberbe personaje que no tenía más presentación que la de un porro disimulado que le hacía los trabajos sucios a Cervera Pacheco a través de las sociedades estudiantiles. Otros priístas conocidos y estimados comentaron sus intenciones de contender por la dirigencia pero fueron contenidos y les negaron la participación o bien desistieron a regañadientes; entre los ardides figuró aquel que sostuvo la necesidad de abrirle el paso a los jóvenes (algo común en todos los partidos), jóvenes que al final resultaron “juniors” añorando la impunidad que disfrutaron tiempo atrás. Mauricio Sahuí prácticamente ha sido un adorno y por algún tiempo se la gastaba dando declaraciones a favor de la administración estatal, tratando de justificar el proceder del Ejecutivo; ante la opacidad en todo y la inoperancia de las justificaciones, su única función ha sido la de replicar a los otros partidos, tentando a provocaciones y dimes y diretes. Gozando a su favor el hecho de dirigir al PRI al momento de llevarse el mayor triunfo en muchos años (realmente nada imputable a él), aspira a la candidatura por la alcaldía y, descarándose más que los otros, se hizo de redes sociales en busca de simpatizantes entre los jóvenes y estudiantes –su área acostumbrada de la que no siempre ha salido favorecido- aunque inmediatamente fue bombardeado por la opinión pública, recatándose y prometiendo no fijar una postura hasta el mes de diciembre; a pesar de ellos sus viejas y conocidas crápulas juveniles persisten ahora como tentáculos clandestinos de su pre-campaña.

La diputada Angélica Araujo goza de cierta simpatía y hace unas semanas comenzó un inusual recorrido por su distrito, especialmente en las zonas marginadas (¿en busca de iniciativas de ley?), algo que hizo sospechar de sus posibles aspiraciones para la candidatura, consideradas principalmente por el Diario de Yucatán. Salvo los continuos comentarios que le critican su denigrante supuesta manera por la que se hizo de un lugar en la política y el mito de una “estrecha relación” con la recién divorciada Ivonne Aracely, se afirma que la arquitecta ha cumplido hasta ahora con sus compromisos de campaña. Se sospecha que dentro de su mismo partido quieren mantenerla al margen de la candidatura en caso de aspirar a ella, siendo el principal involucrado su compañero de bancada Rolando Zapata cuyo acercamiento fue sólo para fines de imagen en las pasadas elecciones pero que en realidad no se guardan gusto desde que el ex secretario de gobierno le robaba los discursos (que tampoco eran de la pluma de Araujo sino de un profesor amigo de mi familia que por razones obvias no voy nombrar) y se refería a ella de manera despectiva.

Zapata Bello, referido como maestro a petición de un camarada, goza de la simpatía de altas figuras del PRI nacional y es el que se ha favorecido más del aparato político. Responsable alguna vez del funcionamiento interno de Yucatán, su proyección como secretario de gobierno fue sustanciosa aunque nada comparada a la criminal y aberrante campaña pasada en la que descaradamente violó tantas disposiciones electorales denunciadas por distintos sectores y criticadas por este servidor en su momento (ver entradas antiguas) que lamentablemente no prosperaron por razones ignoradas. Desde aquel entonces comenzó su pre-campaña por la candidatura de su partido, repartiendo volantes tanto en el distrito III como el IV y los últimos días mandando documentos a domicilio a cada habitante mayor de edad, estableciendo oficinas ciudadanas y de enlace y sobre todo difundiendo monstruosamente su imagen en un periódico local que ha perdido su dignidad identidad y soberanía. Las opacas mantas domiciliarias obstinadamente persisten. Tras el escándalo de las camionetas, en él recayó parte de la responsabilidad, amén de Ortega Pacheco, mucho más que en los otros diputados; para contrarrestar el daño participó protagónicamente en la sonada comisión de presupuesto de la Cámara baja –circunstancia privilegiada por demás sugerente-, intensificándose inmediatamente la zalamería en el mencionado rotativo. Todo tiene un costo, económico o en especie, sólo deseamos que sea de su propio peculio, aunque también aspiramos a que ese peculio sea limpio (algo muy difícil considerando la situación actual de Yucatán).

De los abogados Nerio y Mauricio podríamos esperar todo, fueron forjados en el ambiente más impune y libertino en su época cobijados por el cacique de “Chen Pato” que tuvo sus orígenes en los mismos lares. De Araujo me reservo la opinión; y quien más me sorprende es Zapata, pues habiendo sido su madre, Doña Ofelita, mi mentora y en quien pude constatar una venerable serie de valores enorme, es raro y paradójico que su vástago carezca de ellos, y de no ser así significa que no le requieren más que como títere de la oligarquía de TelePRIsa para hacer mancuerna con la Sra. Ortega y terminar hundiendo a la capital del Estado. Esperemos, sin embargo, que ese mismo funcionamiento político local persistente rechace la maquinaria central y que conserve el sentido común hasta ahora patente en la Ciudad Blanca. N.R.A.A. Mérida, Yucatán a 19 de noviembre de 2009.

4 oct 2009

Los toros y la cuestión catalana

Por: Narces Alcocer Ayuso
La fiesta de los toros constituye un espectáculo multicolor, un espectáculo que según el escritor Camilo Cela representa un mundo caricaturesco y abigarrado, lleva casi 800 años de existencia desde que los caballeros ibéricos contemporáneos al Cid Campeador alancearon las antiguas reses bravías de la región peninsular. Mucho antes de la unificación de los reinos hispanos, el toreo nació como un ejercicio ecuestre –similar al rejoneo actual- ideal para la práctica caballeresca y que fue llevado a las plazas públicas de las poblaciones para deleite del populacho. La aristocracia acaparaba el protagonismo pero no eran pocos pajes u otros lacayos que osaban retar al cornúpeta con sus prendas, surgiendo el toreo a pie.
Cuando la familia Habsburgo deja sin herederos el trono español, asumen el poder los Borbones franceses que discriminaron la práctica taurina por considerarla burda y poco digna de la realeza; con ello la monarquía y toda la corte se desentienden del toreo y ceden la titularidad al vulgo, despegando la fama de la lidia a pie como sucede hasta nuestro días.
Mucha gente, en especial los detractores, creen que el toreo es un remanente de los espectáculos romanos que solían montarse en los anfiteatros de dicho imperio, sin embargo poco o nada tienen en común más que la similitud arquitectónica entre sus escenarios. No obstante, antes del toreo existían diversas prácticas y ritos táuricos que se remontan a cientos de años A.C. comunes entre los pueblos del Mediterráneo. Son de atención aquellos de la región ibérica debido a la fiereza de los animales otrora existentes en la zona, teniendo como dato las referencias de los pueblos celtíberos, los fenicios, cartagineses y romanos. Con ello comprendemos la importancia del toro en las culturas mediterráneas, mucho tiempo antes del toreo español.
A pesar de ello, el toreo no vive su mejor momento: aspectos como la crisis económica mundial, la falta de renovación de la afición, la protesta “a favor” de los animales, entre otros, han mermado el interés por las corridas de toros, incluso en nuestro Estado donde han cedido su protagonismo a los poco célebres “torneos de lazo” que nada tienen que ver con la auténtica Tauromaquia (esperemos que Lupita López y Michelito enderecen el rumbo). Y es que no es fácil comprender el toreo, quizá sólo el 10% de los asistentes a una corrida de toros sean aficionados y el restante simples espectadores, es como en el béisbol donde no muchos comprenden las jugadas y esperan a leer los periódicos al día siguiente para saber. Empero, los partidarios a la fiesta captan las sensibilidad del momento, tienen noción de que algo mágico ha sucedido… simplemente no saben qué es ni como se llama, es por ello que una pase no se parece a otro pase y las faenas son obras efímeras, únicas e irrepetibles.
Independientemente de su valor artístico y cultural, el toreo siempre ha contado con detractores, al principio religiosos que veían con desdén el hecho de arriesgar por diversión la integridad, posteriormente eruditos que lo consideraban contrario al afán intelectual, después políticos que le veían como un estandarte del régimen franquista, y recientemente conservacionistas que abogan por detener la matanza de animales. Mas por sobre todo, el toreo ha persistido, evolucionando, adaptándose al presente, a las exigencias del público y la sociedad en general que en la mayoría de las veces se mantiene neutral.
Pocos pueden imaginarse el fin del toreo, es algo ilógico, un retroceso desde cualquier punto de vista social; en escasos sitios se ha proscrito la matanza pública de los animales pero no la práctica taurina en sí ¿acaso se prohibiría una tienta o algún episodio de toreo de salón? sería absurdo. Sin embargo, en la misma España hay una región donde se busca acabar con el toreo: no con el espectáculo cruento, no con el sacrificio de reses… esa es Cataluña ¿su banderín? el nacionalismo. Su ciudad capital, Barcelona, se declaró “antitaurina” (sólo de título) con el argumento que el toreo es una práctica española totalmente ajena a la historia catalana; valgan nada los antecedentes ya comentados.
La ciudad de Barcelona posee una de las nueve plazas de primera categoría de España, y después de Sevilla es considerada la más importante del reino, su afición es de las más exigentes y conocedoras y en mucho tiempo fue la ciudad que más corridas acogió en el país ibérico. No obstante, alimentada por el rencor derivado de la Guerra Civil, su actitud frente al resto de la nación ha construido en un sector de la población, principalmente en lo jóvenes, un nacionalismo y afán separatista que lejos de homogeneizar los diferentes elementos acogidos en su cultura –más aún en estos tiempos globales- para enriquecerla, ha preferido desligarse de toda influencia española, en especial de la Fiesta brava. Dicha animadversión no encuentra eco en otro sitio, de hecho la región catalana de Francia lucha por mantener su afición taurina, defendiéndola de la censura parisina y el norte galo. Es tal la intolerancia de aquella comunidad española que hasta los inocentes “toros de Osborne” (siluetas publicitarias de la marca que han sobrepasado su esencia comercial) han sido vandálicamente derruidos del territorio, y cualquier chico de afición o padres aficionados es tildado de fascista en el colegio.
Hace unos días se dio la que para mucho fue la última corrida de toros en Barcelona, encabezada por el histórico José Tomás, con una plaza llena y temerosa del referéndum parlamentario que tendría lugar próximamente sobre el futuro del toreo en la zona. Muchos argumentos fundamentados se hallan a favor y casi ninguno en contra es serio, el ambiente político está tenso y hasta los más nacionalistas y antitaurinos legisladores se mueven con prudencia ¿cómo hacerle para no llegar a una censura, a una represión, a una imposición en la ciudad con mayor apertura y progreso de España? Incluso el periódico estadounidense “The New York Times”, célebre por su cerrazón al tema de los toros, ha publicado en letras de Michael Kimmelman un artículo donde se comenta cómo un grueso sector de la población de la misma Comunidad autónoma, España y el resto del Mundo se lamenta del móvil de la propuesta catalana, que lejos de establecer un debate sobre el trato a los animales o la controversia de las subvenciones, se enfoca a una coartación de libertades en los catalanes respecto al toreo. Con anterioridad se planteó el referéndum pero nunca se llevó a cabo, ahora se espera una resolución que “apuntille” a la fiesta; a los movimientos antitaurinos que en su mayoría abogan por los derechos de los animales no les importa la razón de la prohibición, simplemente urgen su aplicación ¿en qué clase de sociedad nos estamos convirtiendo?, más allá del desenlace de este capítulo y sin importar su final, sirva como referencia para entender el grado de antipatía de un sector catalán por España, y ahora más que nunca encuentra vigencia el comentario que hiciese Ortega y Gasset en referencia a la fiesta brava: la historia del toreo está íntimamente ligada a la de España, tanto que sin conocer la primera resultará imposible comprender la segunda. N.R.A.A. Mérida, Yucatán a 4 de octubre de 2009.

2 ago 2009

Ivonne: la farsa del corazón

Por: Narces Alcocer Ayuso

Hace poco más de dos años, digiriendo aún el regreso tricolor a la gubernatura, me encontraba rotando en el Hospital Regional “Ignacio García Téllez” (T1), en el servicio de Cirugía, bajo supervisión de conocido galeno. Cierto día, durante la visita vespertina, un paciente requirió una incapacidad laboral para lo cual el mencionado médico le solicitó su credencial de elector a lo que el enfermo aseguró no poseerla debido a que la había cambiado por unos kilogramos de carne en las últimas elecciones estatales; picado el cirujano, tuvo la curiosidad de preguntarle cuál partido recurrió a sendo delito y el infeliz cristiano respondió llanamente: el PRI.

Esta revelación sólo confirmó mis temores sobre la inminente gestión de Ivonne Ortega, temores plenamente fundamentados hasta el día de hoy, no tanto por la mujer sino a causa del terrible proceder de tantas mafias, como la pseudo-estudiantil, alentadas por un intocable grupo poderoso más allá del conocimiento de la sociedad yucateca, y que soportan la imagen de nuestra iletrada mandataria.

Con la necesidad de elegir contendientes para los comicios del 2007, el PRI local experimentaba por primera vez la ausencia de Víctor Cervera; acostumbrados a los designios cuasi-divinos de “Balo”, quien había relegado de forma impía a los diversos cabecillas dentro del mismo partido, el tricolor navegaba al garete sin otra figura moral donde apoyarse y sin idea de cómo postular a sus candidatos. Entre los aspirantes para competir por la candidatura principal se apuntaron Dulce Sauri, Orlando Paredes, Rubén Calderón, Carlos Sobrino, entre otros, pero no figuraba Ivonne Aracely.

Pudo haberse llevado una contienda interna como era común en los comités de otras latitudes, sin embargo con la licenciada Sauri sintiéndose heredera de Cervera y la popularidad del profesor Calderón en el campo, aunado a la reciente dirigencia de Carlos Sobrino en el PRI y la facilidad de Paredes Lara por crear polémicas, cualquier contienda habría sido un suicidio electoral. Con extraña prudencia se resolvió en recurrir a encuestas para obtener candidato o candidata, en aquel entonces nadie fuera de la Casa de Pueblo (y quizá ni dentro de ella) supo realmente la causa de tal decisión. Curiosamente la empresa encargada de realizar las consultas sería la multinacional Mitofsky (conocida por ir a la mano del gigante de las comunicaciones Televisa) y no una local.

A pocos días de iniciar las encuestas y cuando supuestamente era inválido cualquier otro registro, la senadora Ivonne Ortega –quien llegó a la Cámara por primera minoría y no por resultar vencedora- urgió su inclusión que fue aceptada ante la sorpresa de todos. A la par, un desdichado priísta conocido por autodenominarse “privilegiado” ante la concordancia de sus efemérides con las del PRI, también pretendió su registro pero le fue negado, dando lugar a sospechas de lo que ocurriría.

Ortega Pacheco, salvo por ser sobrina del cacique de “Chen Pato”, era prácticamente desconocida y con anterioridad sólo aparecía en los medios durante su ejercicio como diputada tras cada grotesca intervención en la tribuna del Congreso local, donde solía recurrir a altisonancias en los debates legislativos. La falta de preparación de dicha mujer, la antipatía de parte de muchos pirístas y una pésima imagen que empeoraban su marcada obesidad y padecimientos dermatológicos, aunado al poder de los “dinosaurios” a los que se enfrentaba, le auguraban poco éxito en las encuestas.

Mas fue impactante, sorprendente, inaudito que a la hora del veredicto resultara vencedora; nadie lo creía. En el café circuló la versión lógica de que Dulce María había resultado ganadora pero por “disposición superior” las trilladas consultas no le favorecieron. Se supuso que el ex presidente Salinas saldó una cuenta pendiente con la otrora gobernadora interina debido a un desplante de la misma en el tiempo que coincidieron sus respectivas titularidades, sin embargo eso no explicaba la razón por la que fue elegida la Sra. Ortega; unos lo achacaban a su lealtad a Roberto Madrazo, pero en contrapunto su cercanía con el novedoso gobernador del Estado de México, Enrique Peña, y por tanto con Arturo Montiel, ponían en duda tal teoría. Circuló también la ridícula versión de que la había designado el propio Víctor Cervera desde su escondite en Europa tras fingir su muerte. Entre otras tantas, la hipótesis más esgrimida fue la de la apropiación de las riendas del PRI local por una oligarquía del centro de la República, teniendo como mediador a Emilio Gamboa Patrón y otros personajes.

Y todavía se dijo que, aprovechando la desaparición de Cervera, esa oligarquía asumió el control del tricolor yucateco debido a la victoria segura que obtendrían en aquellas elecciones toda vez que se había pactado el triunfo del PAN en Baja California por otro del PRI en Yucatán. Al menos esto último lo dudo enormemente pues desde el triunfo de Ernesto Ruffo, la norteña entidad se ha convertido en un bastión panista, amén de que la victoria de Ivonne fue sin duda por mayoría (aunque sabemos que su campaña fue cárnicamente sucia). Aún así sobresalía el interés por ese grupo poderoso y su interés en controlar el Estado. Pocos conocían el origen de aquel.

Tras una campaña pletórica de promesas irreales, pasó a segundo término la mediocridad de la candidata ante su nueva efigie producto de un procedimiento gástrico -confesado en el ámbito médico- además de un evidente “peeling”, pero sobretodo la asesoría de personas especializadas en “imagen”. El cambio fue radical en la dzemuleña y su personalidad de mujer de campo ganó rápidamente simpatías. Finalmente la casi desconocida política ganó de manera aplastante, incluso en la propia capital del Estado donde el PRI no ganaba desde 1990; paradójicamente no obtuvo la ventaja en su tierra natal, allí donde la conocían.

Al momento de asumir la titularidad del Ejecutivo, Ortega Pacheco retomó la pueblerina costumbre de erogar enormes recursos en fiestas populares; conocidas eran sus “pachangas” en Dzemul donde mandaba cerrar calles durante su onomástico y amenizar comilonas con grupos musicales y ríos de alcohol. El nuevo derrotero sería la Blanca Mérida, siempre con miras a ensalzar su imagen carente de modestia. Voladores, cumbias y jaranas, cochinita y pavo al por mayor, la luna de miel no ha terminado desde aquel verano de 2007.

Desde entonces el Estado ha experimentado un retroceso franco en casi todos los aspectos. Al principio inauguró obras proyectadas por su antecesor, continuó aquellas con las que no había marcha atrás pero retrasándolas hasta ahora, y definitivamente devolvió recursos aprobados por la Federación para anteproyectos y planes importantes. Tal fue el desinterés por el desarrollo material del Estado que hasta el día de hoy carece de importantes obras y únicamente ha colocado una o dos primeras piedras.

Carece de estrategias que apoyen el turismo, planea construir un nuevo centro de convenciones mientras el actual es subutilizado, no atrae inversiones privadas y su único megaproyecto –el tren bala- ha sido declarado por los expertos serios como inviable. Respecto a la seguridad prevalece una impunidad a los allegados y los hijos de éstos, recurren a controles excesivos y abusando de su autoridad ejercen la justicia cuando les convenga o plazca, especialmente cuando se trata de protección a Luis Saidén, quien teme por su seguridad ante las amenazas que ha recibido derivadas de su controvertido pasado en Cancún.

En Salud, la “gober” ha traspasado el control a un conocido acosador sexual que se jacta de ser familiar suyo, manejando los puestos de trabajo a su antojo; se ha ocultado información como en el caso de la influenza que terminó por dispararse hasta el segundo lugar nacional, y se ha emprendido una amañada centralización de la atención médica. En cuanto a Educación su gobierno se ha empañado por divisiones en el magisterio y reclutamiento de profesores en busca de apoyo y promoción en las escuelas a cambio de basificaciones, aumento de horas de trabajo, permutas, etcétera. Instituye la Secretaría de la Juventud cuando es largamente sabido que sus huestes priístas, a través del ala estudiantil que son la especialidad de los dirigentes locales, organizan fiestas con exceso de alcohol y otras sustancias en busca de adeptos.

Lo más terrible ocurre en el aspecto social pues obstaculiza algunos programas de interés nacional, impidiendo la acción de delegaciones en ciertos municipios, y su “política comunitaria y social” se basa en intrascendentes esquemas de repartición de zapatos escolares de baja calidad, manufacturados por productores locales cuyo mercado nunca ha estado dirigido al calzado para la escuela (uso rudo) sino al casual y que los últimos reportes demuestran que han tenido más pérdidas que beneficios; también a la distribución de cobertores y chamarras en una zona tan calurosa como la Península y que de acuerdo a las auditorías se les repartió a decenas de personas que ya habían fallecido; luego la restauración de templos católicos (sin comentarios) y construcción de banquetas que el aspecto urbanístico señala como obligación de cada propietario.

No bastando con eso anuncia la construcción de decenas de miles de casas cuya mitad asegura haber logrado cuando son cifras conjuntadas por diversos programas similares a “Hábitat” y desarrollos inmobiliarios particulares que realmente edificaron las viviendas. Defiende supuestamente a su género y a las minorías mientras su gabinete reluce por la falta de inclusión de mujeres a la vez que se avalan leyes que hace sentir agraviadas a tales minorías con las que ha tenido el descaro de posar (simple apariencia).

El peor agravio a la confianza que depositaron aquellos quienes votaron por ella es el “fastuoso día de escuchar a los ciudadanos” alias audiencias públicas, preparadas de antemano y con casos seleccionados para figurar interés: verdaderas mojigangas.

Dos años de empeñoso perjuicio a la sociedad yucateca que entre otras cosas ha pecado de paciente, y todavía se atreve a celebrarlo con música y pirotecnia. No dudo que existan programas estatales con algún beneficio en los yucatecos, pero como se publicó recientemente en un periódico local: a pesar del aumento de la popularidad de Ivonne Ortega, nadie conoce o recuerda el nombre de alguno de sus programas ¿a qué se deberá?

Más allá de todo, la sosa gobernadora es favorecida por la mayoría de los yucatecos y simplemente no lo entiendo, no cabe en mi pobre raciocinio tal actitud. Como lo he planteado con anterioridad: el surrealismo mexicano es patente en Yucatán, México es un país donde no pagas para que te cuiden el coche sino para que no te lo rayen. Tanto es pecado la felonía como delito la contradicción, el que no apoye al PRI que asuma las consecuencias cual acoso de la “ola roja”, injusticia de los procuradores, cerrazón a las oportunidades, crítica por parte de los propios familiares y vecinos que ya se hayan “cuadrado”.

Sin embargo la complejidad de todo este asunto parece eximir a Ivonne Ortega de cierta responsabilidad; me decía un conocido que no se puede culpar a la mujer de algo que no haya hecho ya que en su gestión prácticamente nada ha hecho y sus pocos programas tampoco sirven para algo, pero tengo que decir que la omisión o negligencia también es una falta. Si así fuera será juzgada históricamente por no haber actuado, siendo una salida por demás honrosa… pero no es así ya que ha hecho lo que aquella oligarquía que la colocó en el poder le ha mandado, incluyendo su no acción.

Ese reducido grupo de poderosos tiene su principal arma en ese gigante de las telecomunicaciones, en Televisa. Demostrado el papel fundamental que jugaron las televisoras en la proyección del ex candidato Andrés López antes de la famosa acusación de complot, y la imposibilidad de recuperar los privilegios otorgados por el gobierno en la época del “Tigre” Azcárraga (demostrado por el desecho de la Ley Televisa), la única forma de perpetuar el control del mercado y de las masas a través de un monopolio o duopolio sería erigiendo a un pelele desde los inicios, proyectando su figura y presentándolo como la única opción, cual héroe de telenovela, para ostentar el poder; ese es Enrique Peña Nieto, cuya imagen es promovida desde su ascensión al gobierno del Estado de México, tanto por “cápsulas informativas” -durante los noticiarios y horarios de mayor audiencia -para no contravenir las disposiciones electorales de no transmitir spots durante tiempos sin elecciones y menos para favorecer a personas en concreto, como por programas e impresos del “tema de corazón” con motivo de su relación sentimental con una actriz con exclusividad en la televisora; sus redes sociales son enormes.

Pero a todo eso ¿qué injerencia existe en Yucatán? ¿cuál es el interés? primeramente el de hacer campaña y asegurar votos para el 2012 por el medio que sea, con el favor de los recursos públicos y la ventaja del tiempo; después el de gozar de la anuencia para disponer a rienda suelta del Estado en pos de lo que se ofrezca: el propio presupuesto, centros Teletón, locaciones para programas y telenovelas, instalaciones para concursos de belleza, edición de libros y revistas , y finalmente para asegurar la continuidad en la prestación de servicios al vecino Estado de Quintana Roo, un auténtico búnker de Televisa donde mantiene intereses desmedidos no del todo claros y que no guardó el mejor trato con la administración yucateca anterior.

No por nada ha recibido Ivonne excelente asesoría para su imagen, operándose hasta la nariz; también ha recibido espacios en la barra de comerciales, producción de sus interminables spots, promoción a través de telenovelas y programas de variedades, además del apoyo que le brindan los empleados de la televisora con su presencia en los eventos públicos (el día del informe notamos la presencia de Lilia Aragón, Carmen Salinas, Jacqueline Bracamonte y otros que no vale la pena mencionar). Se ha pactado al menos tranquilidad que le asegure a la gobernadora “llevarla” aunque nada haga, basando su popularidad en esa imagen falsa, en esa figura mediática que empieza a calarle la razón al grado de sentirse esa “estrella” que no es. Esa enferma idea tiende a emporarse por el atractivo que encuentran determinadas personas que buscan locamente una fotografía, un beso o autógrafo de la mesiánica figura ivonnista que se jacta de estar en todos lados menos en su oficina; la hemos visto en partidos donde ha apostado ambulancias, conciertos, cumpleaños de jerarcas religiosos y una que otra ágora para otorgar el privilegio a los simples mortales de sentirse plenos con sólo tocar el xocbichuy de su terno ¡es la magia de la televisión! No habla tan mal de ella como de la sociedad que se deja engañar, apoyándola en base a la caja idiota sin tener otra razón, votando de nuevo una y otra vez por ese partido de tres colores que ha perdido hasta el alma, actuando la sociedad no sólo por temor sino como si estuviera bajo un hechizo, un encantamiento o un “Sortilegio”; si esa es la nueva mayoría nunca me había sentido tan bien de no encajar. Pobre Yucatán, tan lejos de Dios y tan cerca de San Ángel. N.R.A.A. Mérida, Yucatán a 2 de agosto de 2009.

1 ago 2009

Televisa: del Tepeyac al Estadio Azteca

Por: Narces Alcocer Ayuso

En diversas ocasiones he tenido la oportunidad de opinar sobre tres delicados temas, estos son: Televisa, el misterio guadalupano y el fútbol (que no futbol). Por sí solos son temas complejos y no alejados de polémica, a partir de la perspectiva propia como también desde un punto de vista integral (por aquello que se relacionan estrechamente). Y si bien podríamos analizar cada uno por separado, es necesario considerar que el todo es mayor a la suma de sus partes y mejor ejemplo no hay sino el que conforman estos tres tópicos.
¿Hasta dónde puede llegar la perspicacia del lector para dilucidar la relación entre el gigante de las telecomunicaciones, el fenómeno mariano y el deporte más popular del mundo?, la idea primaria aparece entre mariachis y tequila (con el perdón de Lupita), lo que liga todo al ámbito nacional. Esto significa que son tres componentes básicos de la identidad del mexicano, lo que si bien muchos consideran le "pone la sal" a nuestra raza mestiza, a la hora de achacar conductas impropias nadie los imagina en el plano inmediato, cuando la realidad pueda no ser la comentada.
Iniciaremos con el de mayor antigüedad, lógicamente la aparición mariana que data del siglo XVI; cuenta la leyenda que el indio Juan Diego fue abordado en el cerro del Tepeyac por María, en su advocación guadalupana, solicitándole acudir donde el obispo, fray Juan de Zumárraga, para hacerle una petición que consistía en la construcción de un templo en esa misma colina. El indígena cumplió con cabalidad la no modesta petición por lo cual el religioso haría caso omiso evidentemente; de nuevo la mística mujer insistiría en su orden, al igual que el indio la daría a conocer y su excelencia la refutase. En el último intento la "Tonanzin" le indicaría a Juan Diego cargar con unas rosas que serían prueba fehaciente del milagro, toda vez que en aquel árido cerro nunca crecerían flores tan hermosas. El hombrecillo vacilaba en su encomienda pues un familiar suyo adolecía de penosa enfermedad a lo que María aseveró: "¿que no estoy yo aquí que soy tu madre?". Con este espaldarazo el mexicano llevó hasta la diócesis las flores, sin saber que en su tilma envuelta se plasmaba la imagen de esta mujer que al ser descubierta persuadiría al religioso de la encomienda.
Alejándome del punto de vista espiritual, el relato es interesante y emotivo, siendo hoy por hoy pilar de la creencia religiosa del católico mexicano; sin embargo este fuerte componente no siempre lo ha sido -contrario a lo que muchos pudieran imaginar-; basta con retomar el pensamiento del primer testigo de la figura en el ayate, el obispo Zumárraga, quien se expresaría en su doctrina venidera, La regla cristiana, a que “en el mundo ya no ocurrían milagros (entiéndase tangibles) pues Dios ha considerado que ya no son menester”, es decir, una simple derivación de “dichosos los que creen sin ver” (Juan 20:29). Curiosamente el franciscano jamás en sus extensos escritos haría mención siquiera del milagro que la leyenda cuenta fuera partícipe.
La primera construcción en el cerro se limitaría a una pequeña capilla que por los estragos del tiempo cedería su lugar a otra construcción, tampoco monumental. Por varios siglos los diversos inmuebles marianos darían cabida suficiente a los feligreses, limitándose éstos prácticamente a los capitalinos de la Nueva España, exceptuando el día doce del doceavo mes, año tras año, durante la conmemoración del milagro, a la cual acudía una cantidad considerablemente mayor de fieles.
El ejemplo de María es notable en la tradición cristiana, es un homenaje al servicio con el Señor y total acatamiento de su voluntad; la veneración hacia este misterio es enfático en los católicos, pero la veneración a Guadalupe por parte los mexicanos roza peligrosamente la adoración (exclusiva a Dios). En una ocasión -durante una visita del desaparecido pontífice polaco- se dijo que si bien no todos los mexicanos eran católicos, sí todos eran guadalupanos, y aunque en lo personal no me siento aludido ni me enorgullece tal afirmación, es suficiente observar la asiduidad de fieles diariamente y la titánica concentración humana los días 12 de diciembre al controvertido santuario para entender que la declaración en aquel viaje pastoral no carecía de sustento.
Pero ¿qué fue lo que motivó al mexicano a desbordar su pasión por el mito mariano? seguramente habría sido el funesto entorno que nos trajo la crisis moral transrevolucionaria o la precaria situación económica posterior al choque armado, ambas harían atractiva la religión como manera de sobrellevar la vida (el opio divino), mas ninguna de estas razones es la causa, prueba de ello es el desencuentro religioso acaecido durante la gestión de Calles: si en aquellos años hubiese existido un fervor guadalupano como en nuestros días seguramente habría sido llamado peyorativamente tal conflicto no Guerra Cristera sino Guerra Lupera, lo que nos remite a épocas todavía más recientes del pasado siglo XX, años en los que los medios de comunicación se abrían paso en los hogares mexicanos, encabezados por la XEW de don Emilio Azcárraga Vidaurreta. La imagen guadalupana sería declarada a finales de la misma centuria como "Reina de México" y -aunque a regañadientes- "Emperatriz de la Américas".
Dejando pendiente el tema mariano nos enfocamos al deportivo, concretamente al fútbol (que no futbol). Este antiguo pasatiempo inglés ha cogido gran arraigo en todo el mundo, especialmente en la raza latinoamericana de donde han salido sus mayores exponentes. La atracción de este deporte radica en su definitiva simplicidad y fácil comprensión para cualquier hijo de vecino que no tiene la paciencia de atender a las estrategias de cualquier otra distracción más o menos compleja que sobrepase los 90 minutos, condición preponderante en la mayoría del vulgo. Sin el afán de comentar el gusto europeo por el balompié, dada la afición por parte del Viejo Mundo a los deportes extraños (léase Polo, Cricket, Jaialai o Rugby), el fanatismo latinoamericano por el fútbol radica más allá de la creíble explicación que algún analista diera hace algunos años respecto a la añeja vocación de esta raza por los juegos de pelota, concretamente en Mesoamérica. La hipótesis es fácilmente desechada considerando que los máximos jugadores hispanoamericanos son de raíces europeas (Maradona, Sánchez, Kaká) o bien africanas (Pelé, Ronaldinho), sin hacer de menos el componente americano autóctono. Por tal motivo el gusto latino por este deporte radica en algo más que en aspectos antropológicos pues sería el colmo que los máximos exponentes del ancestral juego de la pelota, los mayas, no disfruten actualmente (sus descendientes) del fútbol como de otros deportes, concretamente del beisbol (que no béisbol, aunque así deba expresarse).
Toman entonces protagonismo otras influencias que necesariamente marcaron el gusto futbolero hispanoamericano, sobretodo del mexicano quien -como canta Salvador Flores- sueña ver ganar a su Selección. La melodía del ingenioso compositor no diverge de la realidad, pues así como con el mito mariano busca sobrellevar su situación, con la distracción que ofrece el deporte mencionado busca también "pasarla".
La llegada del fútbol a nuestro país data de 1899, más reciente que otros deportes como el beisbol cuyo arribo al país se remonta a 1877, cuando los tripulantes norteamericanos de la corveta Montana jugaron una “cascarita” en el puerto de Guaymas, Sonora, o bien en el puerto de Progreso, Yucatán donde se armó el primer equipo de beisbol (con vacacionistas procedentes de Cuba) en el año de 1892; ambos casos con mayor antigüedad que el primero.
El "Rey de los deportes" predominaría en las regiones norte y sur-sureste del país y se mantendría a la par con el futbol en el centro, donde las oficinas corporativas inglesas promovían su práctica.
La constante incursión cubana a México fortaleció el gusto por el beisbol, así lo observamos en las viejas películas a blanco y negro que muestran una notoria afición beisbolera con la presencia infaltable de los antillanos. Tras la expropiación petrolera de 1938 las compañías inglesas abandonaron el país no sin antes haber contagiado su embeleso futbolístico a un sector de la población chilanga, aquella que se codeaba con los mismos británicos. De nuevo se limitaba la práctica al centro de la República, hasta que en los años 50 fue catapultado por los medios de comunicación al grado de sobrepasar en el Distrito Federal al beisbol y a las corridas de toros, otrora máxima distracción de la capital.
En cuanto a la arraigada afición capitalina por el beisbol, este singular deporte había sido promovido por tantos personajes como Fray Nano (fundador de la Liga mexicana), Pasquel o Peralta durante varias décadas; es nostálgico ver las fotografías del viejo Parque Delta o el malogrado Seguro Social atiborrados de gente, situación repetitiva partido tras partido hasta la década de los 80 donde tras la penosa huelga de la Liga el público volteó las miradas al acoso futbolero que terminó en la supremacía tras el campeonato mundial de 1986.
Este asedio futbolístico no era cuestión de simple competencia, detrás se hallaba la sombra nuevamente de la familia Azcárraga. El actor Adalberto Martínez Resortes (q.e.p.d.) filmó un exitoso largometraje titulado “El beisbolista fenómeno” durante los años 50; la industria cinematográfica influida por Televicine, desatinó en producir un “refrito” llamado “El futbolista fenómeno”, toda una bofetada simbólica al “Rey de los deportes” y al estupendo actor y bailarín, Resortes, quien toda su vida se declaró amante del beisbol y que por necesidad y rondando los 60 años tuvo que participar en esta segunda película.
Los asuntos hasta ahora comentados nos han llevado a un mismo punto: Televisa. Este emporio de las telecomunicaciones vio sus orígenes en 1950 con la creación de Telesistema Mexicano (canal 2, XEW-TV) por don Emilio Azcárraga Vidaurreta. En 1973 se fusionaría con Televisión Independiente (empresa de capital regiomontano) para crear Televisa. En esa misma década inició el ascenso futbolero gracias a la implacable promoción de Roberto Gómez Bolaños, un alfil de don Emilio, a través de sus numerosos programas cómicos y sus películas como “El chanfle”. La influencia sería total para América Latina.
La plenitud de Televisa estuvo a cargo de Emilio Azcárraga Milmo (a) "El Tigre", quien se vio beneficiado por el apoyo gubernamental priísta de varios sexenios a cambio de la incondicional difusión del aparato oficial y en detrimento de la oposición. A cargo de la impasible figura de don Jacobo Zabludovsky la televisora se encargaba de informar al pueblo sobre los hechos no siempre acotados a la verdad, portando siempre el estandarte oficialista.
A la par de este fenómeno mediático, Televisa cumplía cabalmente con la encomienda de Azcárraga Milmo, quien habría dicho: “México es un país de una clase modesta muy jodida (sic), que no va a salir de jodida; para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente, sacándola de su triste realidad y de su futuro difícil (…) la clase modesta no tiene otra manera de vivir o de tener acceso a una distracción más que la televisión”
Así se encargaba de otorgar el circo al pueblo; si bien el gobierno para mantener calmadas a las masas debía otorgar pan y circo, dejaba esta última tarea al "Tigre", quien a través del favoritismo convirtió a la empresa en la televisora de habla hispana número uno del mundo, (más que nada en cuanto a su influencia y no por los términos económicos, siendo actualmente superada por otras telecomunicadoras latinas como Globovisión).
Pero ¿cómo acaparó Azcárraga la atención del pueblo mexicano? principalmente a través de los programas deportivos, de “variedades” y telenovelas, pero no por su valor artístico, competitivo o histriónico, sino por los mensajes explícitos e implícitos que aunado al monopolio de varios lustros enajenaron la idiosincrasia mexicana. Los pilares de este espectáculo serían dos (pueden imaginarlos): el misterio de Guadalupe y el fútbol. El primero, no tan explícito, puede dilucidarse en la monótona programación de las teleseries vespertinas que son un lastre para el desarrollo del país, desde "Mundo de juguete" hasta "Al diablo con los feos", pasando por "Colorina", "El maleficio", "Cuna de Lobos y "Rosa salvaje", todas y cada una de ellas está plagada del culto guadalupano que lleva subconscientemente a las masas a desarrollar una simpatía poco recomendable por él. También el vetusto programa dramático de Silvia Pinal es un claro ejemplo, aunque el clímax son las emisiones especiales dedicadas a la morena del Tepeyac antes, durante y posterior a su aniversario, como lo son las famosas "mañanitas"
Y es que la devoción de los Azcárraga tendría que ser obligatoria para todo el país de jodidos: virgencita por aquí, virgencita por allá; el verdadero estandarte guadalupano no lo llevó Hidalgo, lo llevó Emilio Azcárraga, y todo quien lo refutará sería destruido: ¿cómo no recordar la polémica que levantó las declaraciones del abad Schulenburg respecto a las incógnitas sobre la real existencia del indio Juan Diego? evidentemente Televisa armó tremendo escándalo y difamó al religioso con total anuencia de la Arquidiócesis Primada, que en este caso vio amenazada su mina de oro. El anciano religioso fue incluso expulsado del asilo de curas, pintorescamente llamado “Casa del sacerdote”, bajo orden del cardenal Rivera.
Guadalupe estaba de moda y con el auge de este culto los viejos templos del Tepeyac resultarían insuficientes para acoger tal cantidad de feligreses (o mejor dicho consumidores), por tal motivo se habría dispuesto desde 1976 la construcción de una moderna y funcional basílica, financiada de manera sustancial por la familia Azcárraga; el arquitecto encargado de la obra sería nada menos que Pedro Ramírez Vázquez, el mismo quien construyera el Estadio Azteca ¿coincidencia?
En 1996, al día siguiente de la irreparable pérdida que trajo la muerte de Heberto Castillo, el "Tigre" Azcárraga expiró su último aliento, abatido por el cáncer; las exequias tuvieron lugar ¿adivinen dónde? ¡en la Basílica de Guadalupe!, lugar donde hasta el día de hoy reposan sus restos (¿no que ya no habían criptas?) El magnate dejó a manos de su hijo Emilio Azcárraga Jean una empresa que no se encontraba en las mejores condiciones financieras, posiblemente por la prepotencia intransigente de varios años, lo que hicieron necesaria la participación de capital ajeno a la dinastía; esta participación accionaria está acaparada en su mayoría por Carlos Slim y María Aramburuzabala, dueños del Grupo Carso y Grupo Modelo respectivamente. Sin embargo la mayor parte de las acciones continuaron en manos de los fundadores, quienes se empeñaron en mantener esta dirección exclusiva a la veneración guadalupana telenovelesca y al fútbol.
Estudiando ahora este último resulta ofensiva la difusión exagerada del mismo, la programación reboza de partidos de balompié y no concede espacio en televisión abierta para otros deportes, únicamente las eliminatorias o partidos finales de la NBA, NFL o las Ligas Mayores de beisbol, todas de los Estados Unidos, una verdadera vergüenza.
Tampoco en la sección deportiva de los noticiarios o programas especializados se le otorgan espacios a deportes ajenos al fútbol, al menos sean noticias extraordinariamente extraordinarias. Por el contrario se la pasan analizando partido por partido, jugada por jugada, gol por gol y ángulo por ángulo, y no sólo eso, también comentan las opiniones de una larguísima lista de gente que nadie conoce, hasta de los "franeleros" del Paseo de la Reforma, terminando por presentar un denigrante entremés tipo guiñol con la mano de algún estúpido para mofarse de situación cualquiera. Aunque no forme parte de mi vocabulario no encuentro otra manera de expresarme: ¡ya chole!
Lo peor ocurre durante periodos de inactividad futbolística; los esperado sería cederle los tiempos a la larga lista de deportes practicados en el país, en cambio se la pasan presentando la vida de los futbolistas y directores técnicos: dónde están, qué hacen, qué comen, a qué escuela asisten sus hijos, qué marca visten e incluso indiscreciones como cuándo habría sido su “primera vez”... ¡caramba!, esto es el colmo, actúan como cualquier prensa rosa.
Todas estas sucias artimañas del consorcio buscan prevalecer la afición de Emilio Azcárraga, además de hacer más redituable la añeja adquisición de sus equipos: el América y el Necaxa, además del reciente San Luis. El Estadio Azteca se pagó solo. Aquellos equipos ya contaban con seguidores propios, pero al estar en manos de Televisa y su agobiante promoción ganarían mayor número de seguidores, especialmente el Club América, al grado de contar con una afición enfermiza que llega a la violencia extrema en su particular "desborde de pasión".
Y el abordaje futbolero no es exclusivo de los medios televisivos, por ejemplo: como lector empedernido de "Condorito" recuerdo un chiste donde la profesora del sobrino Coné le había llamado (a Condorito) para comunicarle la reprimenda hacia el chiquillo por haber afirmado éste que en el mundo sólo importaban el dinero y la mujeres, a lo que el tío corrigió, replicando tanto al niño como a la mentora, que no sólo contaban el dinero y las mujeres sino también el fútbol.
Lo interesante de este chiste machista no radica en esta conducta, al menos no para nuestro análisis, sino en su veracidad para los mexicanos, amén de ser el pajarraco originalmente de Chile. Nuestro país es el principal mercado para estas historietas, siendo incluso tirados ejemplares para vasta zona de Latinoamérica y los Estados Unidos, aun en ocasiones hasta para el propio país sudamericano. Es fácilmente explicable la afición futbolera del cóndor ya que el tiraje de la famosa historieta está a mano de la poderosísima empresa Editorial Televisa, filial obvio del gigante televisivo. Las explicaciones sobran.Así entonces el criterio de los mexicanos ha sido cercado por estos fenómenos que tienen en Televisa su máximo artífice, o bien es la televisora quien crea adicción a través de los mismos fenómenos de manera subconsciente, cubriendo la necesidad de émulos del mexicano. Y es que son diversos los obstáculos que nos impiden progresar como sociedad, pero son punteros los comentado hasta ahora. México puede y debe avanzar, de nada servirán los despliegues fervorosos a la basílica ni la incursión de Rafael Márquez en el Barça, sólo lo hará el día que renuncie a la caja idiota, en especial a la adictiva y monótona programación del "Canal de las Estrellas", el rating es nuestra arma ¿tienen el valor o les vale? NRAA. Mérida, Yucatán .

5 jul 2009

Convencido...

Por: Narces Alcocer Ayuso

En definitiva no me satisfizo el virtual resultado de las elecciones federales en Yucatán y el resto del país, razones me sobran y todos las sospechan, sin embargo resaltan el retroceso del ala progresista y la apatía de los moderados por participar en estos comicios. Nada me sorprendió de la situación en el Estado, amigos y familiares participaron activamente y a la antigua para –a favor- finiquitar la grosería de un grupo político que a base de las más lesivas prácticas electoreras buscó acaparar todas las voces de nuestra heterogénea sociedad en el Congreso de la Unión.
Debemos desligar ligeramente a la Sra. Ortega quien, sosa y en su calidad mediática, poca injerencia consciente lleva en los asuntos verdaderamente importantes del escenario yucateco; lo cierto es que todas esas personas que se prestaron a las faltas electorales no ven mayor trascendencia en el triunfo de uno o de otro candidato, les es indiferente que ofrezcan mayores presupuestos, especialmente a través de gestiones para el Estado cuando hace dos días se votó en la legislatura local para una participación abierta de la iniciativa privada en el sector público, ésta es la Ley de Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) ¿acaso para ello un mayor presupuesto? seguramente esta tendencia neoliberal buscará acaparar fondos bajo la mesa, tráficos de influencia y demás situaciones que en su momento denunciaremos, salvo la a priori presente.
Desde la ascensión del partido tricolor a la gubernatura las “recomendaciones” habituales para una gestión aumentaron, pronto numerosos ciudadanos descubrieron que a corto plazo parecía ser la única forma de vivir cómodamente (del presupuesto público) sacrificando ideales por materiales; y seguramente algunos de esos ciudadanos se beneficiarán de incrementos en horas de trabajo o simple salarios, asignación de plazas, permutaciones “forzadas”, entre otros; igualmente los viciosos saraos juveniles continuarán en pos de adeptos con miras a las elecciones del próximo mes de mayo. Pero tan sólo con la nueva ley (PPS) habrá de mostrar la realidad del gobierno actual en Yucatán, no tiene caso explicarlo pues caerá por su propio peso y ya tendré la oportunidad de regodearme en su momento, bien sostuvo Elbert Hubbard al declarar que una de las ventajas de la democracia es que un político elegido a través de esta vía no puede ser más incompetente que quienes lo eligieron. Esperemos no enojar a la autodenominada “nueva mayoría”.
Una lección bien aprendida es que desde esta recóndita trinchera no aporto demasiado al progreso de una verdadera democracia, del voto razonado; mis anteriores opiniones escritas no fueron más que mi muy personal análisis al voto que el cinco de julio realicé; algunos detalles omití, fui censurado por quienes menos me lo esperaba, apoyado igualmente por individuos ajenos, acusado de parcial y otras veces de indeciso; espero no haber invitado al voto hacia cualquiera institución partidista, por el contrario deseo haber incitado al análisis de nuestros sufragios. Desde la cuna he permanecido en un clan duramente priísta y fue con los ojos de mis consanguíneos que descubrí a este partido como lo que es. Sin importarme la tradición familiar, renunciando a las oportunidades que he tenido de asirme por algún reducto hacia puestos, declaro fehaciente que contribuiría mejor a la lucha en el frente, no desde esta cómoda barraca; esperaremos a cumplir con ciertas prioridades para enlistarnos en el ejército que más lo amerite, no renuncio a estas letras que son mi vida y continuaré defendiendo al país y a Yucatán de la mafia paleo-política, la farsa verde y demás. Dejaremos la constancia en los temas políticos y regresaremos a la miscelánea habitual, aunque quizá haya un remanente de estas elecciones; por lo pronto disfrutaremos a lo lejos de la feria de San Fermín en Pamplona, preparando algo interesante mientras las aguas se calman. N.R.A.A. Mérida, Yucatán a 5 de julio de 2009.

28 jun 2009

En un mundo de caramelo...


Por: Narces Alcocer Ayuso

Es una emoción la cercanía de los comicios federales, son espaciadas las ocasiones en que hacemos uso de tal arma que es el voto. Hace mucho que no se palpaba tanta expectación por unas elecciones de mitad de sexenio, las menos atrayentes por antonomasia. Si algo ha caracterizado a las campañas, al menos en Yucatán, es la desproporcionada presencia de los candidatos en los medios, a través de espacios públicos, privados, de la propaganda, entre otros. Hemos tenido la oportunidad de denunciar al Partido Revolucionario Institucional por el oneroso consumo de recursos y la inequidad con el resto de los partidos. Las instituciones garantes del apego a la ley se muestran impotentes ante la aplastante figura del tricolor que, con grosera impunidad, hace de las suyas en el ambiente social y/o electoral.

Sin embargo a nadie se le puede culpar más que a los ciudadanos, a la gente que mira impávida tales conductas y que no prevé ser cómplice del progreso de nuestra nación, o al menos no por ahora. Los móviles comúnmente eran el dinero y el poder, discriminando las ideologías que alguna vez nos dieron los derechos que legalmente poseemos todos y todas.

El propósito del mentado partido político en la Entidad es nada menos que la Joya de la Corona, Mérida, la ciudad capital, el mayor presupuesto, la alta injerencia de la localidad y sobre todo el hecho de constituir el bastión panista –me aventuro quizá- a nivel nacional. Es tal el temor por perder la alcaldía el próximo año que las voces más recónditas comienzan a expresarse, y es que las elecciones federales de este 2009 son sólo una batalla de la guerra que tendrá su acmé la próxima primavera. En pocas ocasiones tenemos la oportunidad de ver al propio Carlos Menéndez escribiendo sobre política como sucedió en la edición de ayer del periódico que dirige.
Con la apabullante desigualdad de las campañas las querellas son inevitables; muchas personas alegan arrebatos, berrinches y demás pataleos ante la inminente victoria del PRI, especialmente por parte del PAN cuya impotencia le ha llevado a basar parte de su estrategia en denuncias que los propios colegios electorales no pueden resolver.

Respetando mis acostumbradas preferencias, me inclino a los proyectos, a las actitudes propositivas y al compromiso social, pero por otro lado no me desentiendo de los procederes blanquiazules ya que de alguna manera es una obligación ciudadana y también les hace aparecer en los medios, en contraposición a los ampliamente difundidos priístas. No obstante prevalece en todos los contendientes una falta de verdaderas propuestas. En efecto, Acción Nacional le apuesta a la seguridad pero ¿acaso abandonaría el Ejecutivo su combate al crimen si el partido oficial perdiera escaños en el Congreso? ¿cuántas más concesiones necesita el Presidente si las estipuladas en los códigos son las que se apegan a los Derechos Humanos? ¿pena de muerte, supresión de garantías? no lo creo.

A pesar de ello notamos en dicho partido una congruencia con la situación preponderante a nivel global, omitiendo ofrecimientos mesiánicos o soluciones inmediatas a los problemas del país; ya lo criticaba Salvador Flores en “¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano?”. Uno de los preceptos esculpidos en la estructura panista de Gómez Morín fue precisamente la moderación como valor humano.

Tenemos a los partidos del Sol Azteca con sinceras propuestas económicas y sociales, y al PSD con iniciativas novedosas; sin embargo en el Revolucionario Institucional, esgrimiendo sus afiliados una brutal sinceridad (para bien o para mal), se afirma: las cosas no están bien, mejor regresemos a la prehistoria…, a la época en la que corrían por la vasta llanura yucateca el jaleb, los venados y pavos de monte (pero hechos “pib” para pagar favores políticos, impunidad y puestos recomendados).

Podemos pensar que no es suficiente el proyecto panista o que los progresistas dan “hueva”, pero me resulta lamentablemente curioso aquel del PRI. Amén de la disputa que se prolongará hasta el próximo año, analizo la problemática y me brota el sentido común: así cómo va la situación económica, sin presta solución, el pueblo tendrá que recurrir a la informalidad –no siempre legal- para poder subsistir, incluso a la delincuencia; si el PAN ofrece combatir por la seguridad ¿no sería un lastre para aquel modus vivendi?

(Mas no deseo establecer prejuicios para con mis vecinos ni hacer de Medina Mora un Eliot Ness, simplemente se me ocurrió y dado que no presumo de una buena memoria a corto plazo, no quise dejar pasar la idea)

Mi enfoque no va hacia la realidad socioeconómica sino a la fantasía paleo-política del tricolor. Vanidad de vanidades, todo es vanidad, la cartera vencida es la mayor en toda la historia, deberían ser momentos de austeridad, de ayuda mutua, de estricta vigilancia y auditoría permanente a las instituciones, pero una de ellas ofrece un mundo de caramelo, donde todo sepa mejor (!!!) ¿el aparato? el erario.

Sin una historia oficial manipulada, sin caciques o modelos sociales, la gente no desea luchar. Cuando la Sra. Ortega resultó vencedora en los comicios de 2007, no pocas personas quienes votaron por su más cercano contrincante trataban de conseguir a toda costa los famosos “corazones de Ivonne” para mostrarse en comunión con la entonces virtual gobernadora. Uno pensaría que se debió a conveniencia política, a compadrazgos o apadrinamientos, nada raro en gente sin principios o ideales que seguir.

Aparentemente la misma conducta se siguió con la plaga de lonas a favor del aún candidato Zapata Bello, escasas sinceras y la mayoría como lambisconería, no obstante algo ocurrió: la necesidad de colgar al menos una en los portales particulares era vital, las lonas eran hasta robadas para tal fin; tanta es la demanda que ante la falta de una las familias elaboran las propias; es común observar mantas hechas a mano en los frontispicios: “la familia X te apoya”, “la colonia Y te apoya Rolando”. No importa la ortografía, lo importante es apoyar al candidato… pero ¿por qué? ¿para participar en la fantasía de caramelo? ¿para recibir un “hueso” y mantener un falso estilo de vida? ¿para aspirar a una plaza laboral que sólo se obtiene por recomendación? Ciertamente todo se vale y todo es posible, hasta donde la pertinencia de los legisladores federales lo permita ya que por ello se está contendiendo.

Sin embargo va más allá todavía pues una fuerte razón para apoyar a los candidatos de PRI en la Entidad es la seguridad, sí, seguridad. En la actualidad prevalece en nuestro Estado una impunidad para los servidores del gobierno estatal (y sus familiares, aunque maten a gente inocente), y una justicia sólo para los afines. Ya no es cuestión de buscar puestos para el hermano o la hermana mediocre, para la prole obesa que desiste en comenzar con trabajos en comunidades remotas, no, aunque parezca paradójico el apoyo al PRI local es para mantener un poco de dignidad (si es que queda algo).

En manos de ex dirigentes estudiantiles que promueven los vicios, con fiestas y frecuentes borracheras donde buscan afiliados al tricolor, un grupo importante del PRI local que se formó con la clásica impunidad de las asociaciones estudiantiles solapadas por Víctor Cervera, hace gala de presencia en altas esferas del poder. Carentes de toda ética y acostumbrados a la arbitrariedad de su época universitaria, no vacilan en retomar los errores que hundieron a su partido hace algunos años. Nada ha cambiado, no es otra actitud, es la misma, sólo que sus encuentros de alcohol y demás, que a veces terminaban en tragedia como la muerte del joven Dondé hace un tiempo, ya no son oportunos para su imagen de guayabera blanca, dejando el trabajo sucio a sus vasallos.

También las plazas sindicales controladas por algunos sindicatos mafiosos que buscan acaparar todas las concesiones y hacer negocio con los puestos, es poco comparado a la ignominia que acaece en algunos gremios como el de la Secretaría de Salud, dirigido por el “primo” de la gobernadora, Alvar Rubio –artífice de la “ola roja”- donde en más de una ocasión se ha demostrado el acoso sexual a las honestas aspirantes a una plaza de trabajo e incluso versiones de violaciones (no puede llamársele de otra forma).

Por eso es vital el apoyo al PRI, porque debido al desgobierno de Ivonne Ortega, es la única forma de garantizar algo de seguridad en cuanto a integridad y dignidad se hable. Por eso no pocos padres de familia vislumbran mayor protección a sus vástagos, en especial a las hijas que peligro corren con ese partido, aquel con menor presencia femenina en todo el país en todos los niveles; incluso dentro del mismo tricolor se cuchichea sobre el modo de ascenso de la candidata al tercer distrito. Independientemente de ser o no verdad, si a las mismas compañeras las ofenden ¿qué sería con gente ajena?

También con los chicos, pues es mejor “apoyar” al PRI a la buena que votar a regañadientes o bajo el influjo del alcohol. Ya no recae el apoyo a través de una manta o proselitismo sólo para obtener una recomendación, librarse de infracciones de tránsito o hacerse de una teta del erario, ya no, ahora es necesario cuadrarse para mantener la honra, así de “grueso” como diría un amigo. Esperemos que ese mundo de caramelo, con la “chica del corazón”, no atraiga a profesionistas con incrementos, permutas o plazas, ni a gente pobre con gestiones para un mayor presupuesto pues eso no nos llevaría al México que todos queremos ver. N.R.A.A. Mérida, Yucatán a 28 de junio de 2009.

22 jun 2009

Porque es una realidad...

Por: Narces Alcocer Ayuso

Recuerdo muy bien los albores de la campaña presidencial del 2000, en aquel entonces Jorge González Torres, abanderado del Partido Verde, fue el primer candidato en aparecer por televisión como tal, sin embargo, hasta donde tenía idea, no habían iniciado los tiempos en medios masivos, el candidato se había adelantado. Desde aquella ocasión ha sido común denominador que el Verde Ecologista se adelante a todos, violando disposiciones electorales y gozando de cierta impunidad que hasta ahora no logro comprender.
Fundado a finales de los ochenta por la familia González –el clan del Dr. Simi-, apoyó al candidato del Frente Democrático Nacional, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, durante las elecciones de 1988, aquellos controvertidos comicios en los que el sistema no cayó sino calló, resultando electo el mayor delincuente de la historia mexicana. Años más tarde cambió de nombre de Verde Mexicano a Verde Ecologista de México. La aparente intención del fundador y eterno dirigente fue la de proponer medidas a favor del medio ambiente, su recuperación y conservación.
Considerando la situación en el campo, la del indígena cuya condición de ignorancia, y pobreza, aunado a una cultura rústica, lo llevaban a prácticas ciertamente dañinas al ecosistema pero que le aseguraban una manutención inmediata, o quizá a los voraces depredadores del medio ambiente a quienes Carlos Salinas –a través de su no menos delincuente secretario de la Reforma Agraria, Víctor Cervera Pacheco- les abrió las puertas, las propuestas ecologistas eran una necesidad. A pesar de ello comprendemos que la defensa el medio no recae en iniciativas de restricción sino en la misma educación y aplicación de justicia, algo que Jorge González no supo entender, comenzando ahí la irrealidad de su partido, la fantasía que su posición acomodada le formó.
Elección tras elección su partido carecía de simpatizantes salvo ciertos “niños bien” de algunas ciudades, en no pocas veces perdió el registro. Aferrado a la idea de continuar el negocio familiar, de la partida obligada del presupuesto, de su aparición en los medios, González resolvió en formar alianzas con partidos grandes que le garantizaban su vampiresca existencia. Estos acuerdos no fueron formalizados pero incrementaron su presencia en el Congreso al grado de representar la quinta fuerza política; siguiendo la estrategia del Partido del Trabajo, fundado secretamente por Salinas de Gortari para sus propios planes.
Valiéndose de aquella falsa representación, Jorge González proyectó su candidatura presidencial para el 2000, con el despilfarro de recursos acostumbrado. Previendo su fracaso, declinó a favor del abanderado panista, Vicente Fox, ya no en coalición sino a través de alianza. En una coalición cada partido registra al candidato por su cuenta, si no se vota por un partido determinado éste perderá su registro aunque el candidato común haya ganado. En una alianza todos los partidos forman una sola denominación electoral). Era tal el arrastre del guanajuatense que no pocos declinaron a favor de él o al menos lo apoyaron, como Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Camacho Solís, ambos en pos de un hueso. El deseo de González fue la Secretaría del Medio Ambiente y una senaduría para su hijo Jorge Emilio, el “Niño verde”.
Fox resultó vencedor pero rápidamente se desligó de los parásitos antes mencionados, esto llevo al eterno cabecilla al retiro público, quedando su vástago como “dirigente” y máxima figura del partido. Perdida la esperanza de algún puesto, el “Niño verde” renegó del presidente en su primer informe y desligó totalmente a su partido de la alianza que alguna vez tuvo con el PAN y que había llevado a Fox al triunfo. Realmente los votos ecologistas fueron innecesarios para dicho triunfo.
Con la sempiterna necesidad de subsistir a la sombra de un partido que garantice su registro y considerando los inicios priístas de Jorge González, el Partido Verde Ecologista de México, demostrando finalmente su cara -el negocio familiar- y la real falta de compromiso con el medio ambiente, se alía con el tricolor, cuna de los máximos vende-patrias y depredadores de recursos naturales del país. Más descarado que su padre, el actual dirigente del PVEM hizo del partido una cofradía politiquera que entre sus adepto figuró el ex pugilista Jorge Kawaghi, actual títere de Elba Esther Gordillo en su partido Nueva Alianza. En un principio Jorge Emilio generó simpatías que avizoraban un exitoso futuro político, sin embargo su aparición en el polémico video con los dos millones de dólares acabó afortunadamente con esa idea.
La unión con el PRI aún continúa, siendo una institución pelele de éste. Ante la demoniaca imagen del tricolor y su falta de compromiso ambiental es necesario mediáticamente el PVEM, quien careciendo de todo compromiso y obedeciendo a criterios ridículos, suele proponer a través de sus pocos representantes legislativos ciertos proyectos de Ley con tintes populistas; entre ellos tenemos al que obligaría al gobierno a subrogar clases de inglés a los alumnos, subrogar medicamentos cuando no se cuente en las farmacias oficias (esto ya existía) y la controvertida pena de muerte para asesinos y secuestradores, una medida que ha demostrado ser ineficaz en todo el mundo, rechazando la vida que tanto afirman defender a través de su cara ambientalista. En las elecciones federales de este año de nuevo adelantaron los tiempos con sus “spots irreales” donde aseguran ser una realidad que nadie cree; salvo por la atractiva actriz que aparece, son una basura.
Debido a la farsa inmensa, agrupaciones no gubernamentales como Greenpeace rechazan al PVEM como auténtico, e incluso las agrupaciones internacionales que acogen a los partidos ecologistas de todos los países han considerado la expulsión de la “garrapata verde de México”.
Porque lo único que es una realidad: un partido que carece de toda ética y principios, que engatusa a jóvenes light con qué sé yo y que andan en una vieja suburban sin rumbo fijo. Los tengo a dos cuadras de mi casa, regalando árboles del vivero municipal que de por sí son gratis. Me pregunto hasta cuándo aguantaremos a estas agrupaciones que no tienen siquiera la dignidad de un mini-partido. Esa mafia, ese oprobio a la sensatez no podía tener otro candidato, producto de su enfermiza alianza: Rolando Zapata Bello. N.R.A.A. Mérida, Yucatán a 22 de junio de 2009.

5 jun 2009

Acerca de política y Política: RZB


Por: Narces Alcocer Ayuso
Regreso a la escritura después de un inmerecido asueto y con el mismo entusiasmo por adentrarme en temas polémicos: religión, sexo, toros, política, entre otros. En esta ocasión deseo tocar la política (que no Política que es otra cosa) considerando estar a pocas semanas de las elecciones federales de este año. Son numerosos aspectos por dónde entrarle aunque todos convergen finalmente en la misma lucha por el poder; me declaro ferviente seguidor de la democracia pero mi visión se aleja un poco de la realidad; quiero pensar que ese valor consiste en la oportunidad de elegir a personas para servir al pueblo mismo, poder servir a empresarios, sí, a empresarios, a caciques, sí, a caciques, pues al final también ellos son parte del pueblo, pero de tal forma que exista un conceso hacia las acciones a seguir, un plan de trabajo diseñado en beneficio de todos por igual, sin embargo vemos que esas acciones continúan sirviendo a unos cuantos pues es imposible pensar que una mayoría ciudadana haya optado por bienes para unos pocos en detrimento a otros, luego el honor ya no es para el gobernante en recibir todo el derecho a la máxima virtud humana que es el servicio a los demás, sino pareciera ser el pueblo quien debería sentirse honrado en tener un gobernante “carita”, que se codee con estrellas de la farándula y que al final reciba instrucciones de otro quien siempre estará por encima de él. Y luego el Instituto Federal Electoral anda promoviendo el voto como la solución total a nuestros problemas, cuando debería establecer una estrategia integral que deshaga el uso revanchista del voto, optando por propuestas reales y no para arrebatar puestos a partidos; bien dijo Thomas Jefferson: me gustan más los sueños del futuro que la historia del pasado, si vamos a votar por alguien debemos hacerlo porque estamos convencidos de su proyecto y no porque el actual no haya cubierto nuestras expectativas. En una ocasión escuchaba un programa radiofónico en el que tenían como invitado al alcalde de un “municipio grande” de Yucatán, la transmisión incluía telefonemas de los oyentes y recuerdo bien que en uno de ellos se amenazaba al edil con no votar por su partido en los siguientes comicios electorales debido a que las obras en determinada zona estabas retrasadas, a lo cual el funcionario respondió que su persona no fue electa para otro trienio más que el actual y que no trabajaba en beneficio de su partido con miras a las siguientes elecciones sino para la sociedad que en mayoría lo había escogido en este lapso, motivo por el cual la decisión de voto para el siguiente período sería muy de cada ciudadano.

Madero demandó el sufragio efectivo y la no reelección, si un político no nos satisface simplemente no debería tener futuro político, incluso debería existir referéndums para removerlo de ser requerido; el sucesor debe convencer, agradar, comprometerse, pero ¿y si es del mismo partido? no le veo problema, cada quien debería establecer una línea, de ahí la virtud del legado de Madero. También la alternancia es sana pero no es una panacea, debe ir integrada a todo el valor democrático para poder funcionar. Y podrá parecer idealista pero no es imposible, los menos interesados son sin duda los mismos partidos: que éste tiene experiencia, que con este estaríamos mejor, que cuando les ofenden responden, etcétera, pero hasta cierto punto es natural, tienen que vender para subsistir. Lo más patético recae en la obstinación de tantos sujetos en vivir del erario, digo, podemos entenderlo -mas no aceptarlo- en personas mediocres (léase iletradas) como nuestros tres últimos titulares del ejecutivo estatal y que no encuentran futuro más que del dinero público, pero no hay razón de transigir en tantos dinosaurios que pululan nuestro sistema político.

A pesar de todo nos adentramos demasiado a los puestos que “manejan dinero” directamente cuando estas elecciones son para legislativos, condición que genera un alto abstencionismo. Hablemos de los aspirantes en nuestro Estado; amén de los candidatos “solares” que ignoro de dónde los sacaron, y de aquellos “albicelestes” con poco tiempo en el servicio público, remitámonos a los “tricolores” que siempre han sido mi manjar:

Como si no tuviéramos suficientes “juniors” haciendo de las suyas con la marcada impunidad en nuestra Entidad, ahí tenemos a un hijo de papi bien alimentado por la bonanza de la Reforma Agraria del Salinismo quien bien podría estar administrando los hoteles que su padre ya finado le heredó a él y sus hermanos, o quizá se entretuviera contando fajos de billetes de dos administraciones estatales de su mismo progenitor (¿y Madero?), pero en lugar de ello lo tenemos de candidato a diputado por el estandarte del priísmo en Yucatán: el distrito II, ahí sí que se la dejaron fácil, el dinero ha hablado, el poder es ansiado, esperemos eclipsar ese oprobio a la sensatez yucateca, no sólo a él sino también a su hermano quien vive de nuestros impuestos en la legislatura local; de la dirigencia campesina implicada mejor ni comento…

Mas no pertenezco a tal distrito sino al IV, al menos priísta de Yucatán; a poco políticos no los habíamos despedazado en el café, entre ellos al candidato actual a dicha jurisdicción, sin embargo esta piedrita ha estado “rolando” varios días en mi calzado y ya me resulta inaguantable. Desde sus inicios en cargos públicos lo conocí, estaba yo en la secundaria: que un puestecillo por aquí, otro por allá, que una candidatura, luego las diputaciones, etcétera. Rápidamente fue escalando y habrá visto la comodidad de ese modus vivendi y ¡zaz! otro dinosaurio (joven ¿ah?). Cuando resultó ganadora la actual gobernadora fue designado como Secretario General de Gobierno, la dependencia más poderosas políticamente hablando de una administración, enseguida se olieron los planes.

El tricolor siempre ha llorado la "joya de la corona” que no posee desde hace 20 años: la ciudad capital; una y otra vez lo han intentado infructuosamente. Rayos de esperanza vieron en las últimas elecciones locales donde obtuvieron el triunfo más de un candidato priísta a diputado; enseguida comenzó la maquinaria populista: zapatos, banquetas y agua, reproches e injurias, y otros malos hábitos de la “ola roja”. Se acercó el momento y nuestro ex secretario solicitó licencia para agenciarse impositivamente su candidatura; de repente comenzó el bombardeo electoral, asentándose primordialmente en una de las colonias más tradicionales de la ciudad: la Miguel Alemán; pronto cada cuadra mostraba una tremenda cara oscura, redonda y nada agraciada que hacía sospechar de una violación al tope de campaña; no conformes, se colgaban mantas igualmente feas en el frente de las casas y establecimientos que lo aceptaran (sencillamente un chingo), luego llegaron las porras que en más de una ocasión intentaron pegarme calcomanías, después la propaganda móvil que en lugar de propuestas anda vociferando una nauseabunda melodía; también dos obesos intento de actores que lunes a lunes degradan la cultura yucateca y que apoyan al candidato… ¿por qué lo demás partidos no hacen gala de tantos recursos?

Muy pronto –demasiado pronto- se acabó cualquier idea de una verdadera intención del individuo por su curul de San Lázaro: visitaba mercados, escuchaba peticiones de la gente y se comprometía a tantas cosas que no son competencia de un legislador, mucho menos federal, igualmente en las colonias y otros espacios públicos. Ofrecía solicitar más recursos para el Estado (¿qué legislador no lo hace?) y a desempeñarse cabalmente en la asignación del presupuesto (¿cuál es una de las principales cosas que un diputado tiene que hacer porque tiene que hacer?); fuera de ellas carece de verdaderos planes legislativos, propuestas, proyectos de ley y tantas intenciones de reforma que necesita el país, vacíos que pueden observarse en su página electrónica y en sus panfletos… y hablando de panfletos hace dos días me encontraba trotando por una zona lejana a mi sitio habitual para hacer ejercicio, el parque de la Alemán, debido al hartazgo de ver tantos monigotes del terrorífico “búnker” instalado frente a la explanada; entonces observé las carotas de siempre (la mayoría con gente lambiscona como sucedió con los “corazones” de Ibom) aunque las escasas imágenes de los candidatos de otros partidos cambiaron de repente por las de otros del distrito vecino, sin embargo las del susodicho continuaron y en varias cuadras pertenecientes al distrito III estaban sus panfletos en los buzones domiciliarios, incluso en algunos divisé los de ambos candidatos priístas correspondientes a Mérida.

Con todo eso comprendemos la sucia campaña de Rolando Zapata, quizá orquestada por un grupo pero representada por él; sucia por la evidente grosería a los topes de campañas y también la anticipada carrera a la presidencia municipal de Mérida; sucia por la falta de compromiso al pedir la confianza de un sector de la sociedad que votaría por él pensando en la solución de sus problemas cuando no se haya en la competencia de un legislador federal; sucia por la falta de compromiso en competir por un puesto que hace pensar en una renuncia para la alcaldía, permitiendo que otro junior de suplente suba; sucia porque carece de un verdadero proyecto de trabajo, de vocación legislativa, y sucia porque con su propaganda dejará toneladas de basura, además de la continua contaminación visual y auditiva.

Por supuesto hasta que suceda no lo podremos comprobar y esperemos no tener que hacerlo, pero la puntilla la dan sus cofrades que tanto afirman ser mejor malo conocido que bueno por conocer, por eso no es justa esta tropelía, ni la inminente traición. Compañeros, voten por quien desees pero analicen bien su decisión, que su voto sea un nuevo meteorito que acabe con los dinosaurios en Yucatán junto a los “nenes consentidos” que quedaron por allá. N.R.A.A. Mérida, Yucatán a 5 de junio de 2009.